«Estoy mucho mejor. Más libre».

S. ahora está en un pueblo del departamento Nogoyá: está libre.

Está en el campo.

Hace veinticuatro horas que se sentó ante el fiscal Federico Uriburu, de la Unidad Fiscal de Nogoyá, y le contó, sin ambages, de qué modo fue abusado por el cura Hubeimar Alberto Rua Alzate, un colombiano sumado a la Cruzada del Espíritu Santo, la congregación religiosa que tiene como referente al sacerdote sanador Ignacio Peries, de la parroquia Natividad del Señor, de Rosario, que en 2012 fue nombrado por el arzobispo Juan Alberto Puiggari como vicario de la parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González.

S., entonces de 14 años, había llegado a la parroquia para sumarse como monaguillo. Lo había impulsado su madre: qué mejor que en la iglesia, arropado por curas, podía estar.

En la iglesia de Lucas González, S. fue abusado: primero por Juan Diego Escobar Gaviria, el cura sanador que llegó en 2005 al pueblo y que se quedó allí hasta finales de octubre de 2016, cuando fue denunciado en la Justicia.

Detrás de Escobar Gaviria, desembarcó Hubeimar Rua, aunque se quedó poco tiempo. Escobar Gaviria fue condenado el 6 de septiembre de 2016 a 25 años de cárcel por cuatro casos de abuso y corrupción de menores. Un quinto caso lo pondrá nuevamente en el banquillo a principios de noviembre próximo.

De Hubeimar Rua nada se sabía. Hasta ahora.

Hubeimar también abusó de un chico de 14 años.

-Antes de ir a la Justicia, se me complicaba hablar del tema. Ahora, como que estoy más libre, y puedo hablar mejor. Fue un gran alivio haberme sacado todo eso de encima, de lo que no pude hablar durante años.

Ahora tiene 18 años, se mudó a la provincia de Buenos Aires, trabaja en un taller y está en pareja.

El horror va quedando atrás. De a poco.

-De a poco, despacio, vamos a ir saliendo adelante, y mejorando de a poquito. Qué se le va a hacer.

Qué se le va a hacer, dice S.

Lo dice él, que ya ha hecho mucho, que ya le han hecho demasiado.

Fue corrompido por dos curas en la casa de Dios.

-¿Vos me preguntas cómo estaba antes? Antes era más cerrado, tenía muchas discusiones con mi novia, con mi familia, por eso también me fui a Buenos Aires. Allá conocí a otras personas, pude salir adelante, tratando de olvidar el tema. Pero hay noches que te acostás pensando en toda esta mugre que te pasó durante años. Pero ahora estoy más aliviado, como que tengo más libertad, me saqué un peso de encima al denunciar en la Justicia.

-¿Cómo diste el primer paso de denunciar? Ya lo habías hecho con Escobar Gaviria. Pero de Hubeimar no se sabía nada, hasta ahora.

-Fue algo muy difícil sacar a la luz todo esto porque es un tema muy delicado. Con lo que pasó con Juan Diego (Escobar Gaviria) te hace madurar un poco más y salir adelante. De a poco fui agarrando confianza, madurar un poco más. Un día me levanté y dije: «Bueno, ya está, tengo que hablarlo, tiene que salir a la luz para que estos paguen por todo lo malo que han hecho.

La Unidad Fiscal de Nogoyá comenzó a tramitar la investigación penal bajo la figura de promoción a la corrupción agravada, el mismo delito que se achacó a Juan Diego Escobar Gaviria y Justo José Ilarraz, los dos sacerdotes ya condenados a 25 años de prisión. En la causa, se suma como querellante particular el abogado Mariano Navarro, que mantiene una demanda en la Justicia civil contra la Iglesia: reclama indemnización por los daños infringidos a las víctimas y sus familias.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.