Sol Ieno, 3 años, falleció el miércoles 16 de septiembre, una semana después del accidente que protagonizó la moto en la que se transportaba en compañía de sus padres, Leticia y José Ieno, al chocar contra una camioneta al bordo de la cual se transportaban un sacerdote, Emmanuel Isaías Tropini, y un seminarista, Darío González.
Este último fue ordenado sacerdote el sábado 21 de mayo, en la Iglesia Catedral, y ofició su primera misa en su ciudad, Villaguay, el sábado 28, y al día siguiente, domingo, lo hizo en La Paz, en la Parroquia Nuestra Señora de La Paz. Pero la noche del domingo ocurrió un hecho peculiar: un grupo de personas, entre ellos familiares de la pequeña Sol Ieno, se congregó frente al templo y repudió la llegada del sacerdote.

Sacerdote Darío González.

Sacerdote Darío González.

“Muchas gracias al pueblo que sí nos acompañó. Nuestro corazón aún no cerró la herida”, era una de las pancartas que se exhibieron en la iglesia de La Paz. “Justicia por Solicito”, se leía en otra de las pancartas.
El ahora sacerdote Darío González y su colega Emmanuel Tropini llegaron en 2015 a La Paz, el año en el que protagonizaron aquel accidente mortal.
El sábado 15 de marzo de 2015, Tropini, oriundo de Viale, se ordenó sacerdote en la Iglesia Catedral de Paraná; lo ordenó el arzobispo Juan Alberto Puiggari, y el 6 abril del año último llegó a la Parroquia Nuestra Señora de La Paz, de La Paz, adonde asumió como vicario parroquial.
Su primer destino como sacerdote.
El sábado 25 de abril, un grupo de seminaristas fueron enviados a sus destinos pastorales de preparación antes de la ordenación como diáconos. Darío González fue destinado a la Parroquia Nuestra Señora de la Paz de La Paz. Allí estaba, como seminarista, pronto a ser ordenado diácono, el escalón anterior al sacerdocio, cuando el miércoles 9 de septiembre protagonizó, junto al sacerdote Emmanuel Tropini, un accidente mortal.
Ocurrió en el barrio Milagrosa Sur de La Paz, a la siesta.
Los dos religiosos iban manejando una camioneta Nissan en dirección norte-sur cuando, al intentar cruzar un puente badén, se encontraron con una familia que venía a bordo de una moto en dirección este-oeste.
La camioneta Nissan habría girado bruscamente en U –hay versiones que indicarían que uno de los sacerdotes estaría aprendiendo a manejar—y se produjo la colisión, que terminó con la familia que se conducía en la moto al fondo de un zanjón.

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De acuerdo a algunas fuentes, Darío González, seminarista, de aproximadamente 43 años, estaba dando sus primeros pasos en el manejo de vehículos; iba como acompañante Emmanuel Tropini, de 29, sacerdote.
Leticia y José Ieno iban junto a su pequeña hija Sol, de apenas tres años. La pareja sufrió heridas leves, pero la pequeña no pudo soportar las graves heridas que sufrió, y falleció a la semana, en el Hospital Materno Infantil San Roque, en Paraná, adonde había sido derivada.
La moto en la que viajaban los tres cayó varios metros abajo, al fondo de un arroyo.
El sábado 12, uno de los religiosos que protagonizó el accidente fatal, Darío González, posteó en Facebook un pedido de cadena de oración por la vida de la pequeña que, finalmente, tres días después murió.
“Adorable Divino Jesús: hoy acudimos a ti con toda la fe de nuestro ser, con todo nuestro amor y esperanza, para solicitar tu presencia, confiamos inmensamente en ti, te suplicamos por la sanación de Solcito Ieno, concédele el favor, el milagro que más necesita: su salud”, pidió.
Según publicó el sitio El Ojo Mirador, de La Paz,la familia de Sol, sobre todo los padres, decidieron manifestarse en repudio a la decisión de la iglesia de mandar al sacerdote a La Paz. Según la familia de Sol, “no es justo lo que hicieron” y la decisión los llenó de dolor, teniendo en cuenta que el cura involucrado en aquel accidente “jamás se acercó hasta su domicilio por lo menos para pedir disculpas”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.