Por Roque Santana y Marcela Tornelli (*)
Con el debate que se ha generado con respecto a la despenalización y/o legalización del aborto, se leen muchas posturas, las cuales en su mayoría son con responsabilidad y serias, diríamos de ambas partes.
Pero lo que realmente nos interpela es ¿si hay vida en un embrión de hasta 12 semanas?
Consideramos moralmente honesto decir nuestra conclusión como ciudadanos libres que gozan del derecho a la expresión democrática.
Nos han enseñado cuando chicos que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos.
Entonces en ese cigoto, embrión o el nombre que tenga según la gestación, hay vida. Y la hay desde el momento de la concepción, ya que a partir de ahí, crece, se reproducen células en forma sorprendente y lo único que culminaría ese crecimiento sería la muerte.
Algunos plantean que sólo está en conformación ese ser humano y que el corazón late irrigando sangre pero que no hay funciones de índole cognitivo o neurológico.
Y en este punto nos detenemos y nos preguntamos las personas con estado vegetativo, en coma, con asistencia externa para respirar, con Pic en el cerebro para bajar a lo mínimo las funciones neurológicas, buscando descomprimir el cerebro, con alimentación por sonda o botones gástricos, ¿están vivas?
Nos tocó vivenciarlo, y sí están vivos, inclusive nos consta que hay conciencia que les hace recordar momentos, hemos observado poner música en terapias intensivas con el objeto de tranquilizar a personas en estado vegetativo o en coma, los hemos acariciado y se percibía la vida, aunque no respirara, no se alimentara, no se comunicara, ni parpadeara por si sola.
Lo que no compartimos en nada, y creemos criminal es que prime un criterio fascista de selección de personas, quién vive y quién muere.
Que se justifique terminar con una vida porque esa persona tiene una discapacidad, demuestra el trasfondo materialista, de derecha o de izquierda que prima.
El objeto de ese articulado en el proyecto es no generar gastos al Estado, es el triunfo de la cultura del exitismo, es discriminatorio y atenta contra la dignidad de las personas, desiguala y excluye a los distintos. O sea a la mayoría.
Es muy vergonzoso que le haya ganado la cabeza la sociedad utilitarista-exitista, es verdad los hijos, demandan cuidados, recursos, tiempos, amor y mucho trabajo, y en el caso de ser hijos con discapacidad, esa demanda se acrecienta en todos los aspectos, especialmente en el tiempo, siempre son como niños demandando de sus padres, en nuestro caso hemos optado por viajar, por jugar, por ir a fiestas, pero con ellos, como se pueda. Sin ninguna duda son distintas a los eventos sociales de las familias que no tienen familiares con discapacidad.
Tal vez hemos postergado logros personales, simplemente porque las energías y el amor se centró en ser padres personalizados, reconociendo la individualidad, la singularidad y las condiciones de vida, de otras vidas, la de ellos.
¿Para qué avanza tanto la tecnología y la ciencia, si va contra la humanidad misma?. ¿ No hemos evolucionado nada?
Algunos plantean que estar a favor de estos principios, es por razones morales, científicas, ideológicas y religiosas, y por supuesto que es así, no debemos disociarnos, las posturas y concepciones no deben ser según nos cuajen, eso sería ser necio, falluto le decían en nuestros barrios.
El que no comparte los nuevos aires sociológicos y morales, debe ser respetado y de ninguna manera señalado, sancionado, perseguido o descalificado por ninguna razón.
Si acompañaríamos expresiones o convocatorias, para que todas las personas, tengan alimento, vivienda, salud, educación, ropa en estos días fríos, como lo hemos hecho la vez que hemos podido.
Habitantes del suelo argentino dice la Constitución Nacional, estos no nacidos, pero vivos, ¿gozan de derecho?, ¿habitan el suelo argentino?, ¿deben tener cobertura de salud?, ¿derechos civiles?, ¿asignaciones familiares?, ¿prenatal sus padres?, nosotros decimos SÍ toda vida goza de derechos.
(*) Roque Santana y Marcela Tornelli son dirigentes del gremio docente. Santana fue secretario general de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).