Por Julián Leonard (*)
Como es de notorio y público conocimiento, días atrás nos desayunamos con una triste noticia de otro accidente vial en el cual se vio involucrada una persona de apenas 19 años de edad, que hasta el día de hoy lucha por su vida. La bicicleta es un medio de trasporte de antaño y no solamente de uso recreativo y/o deportivo.
Nos vimos atravesados por una pandemia que hizo que la gente, vaya uno a saber si fue por obligación, moda, o tan solo por querer cambiar el estilo de vida sedentaria, se fuera inclinando por el uso de este medio de transporte, saludable y sustentable hacia la persona y el medio ambiente.
Lo cierto que día a día vivimos en una sociedad que carece de la práctica por la empatía. Es notoria la falta de educación vial que tienen las personas que transitan a diario en sus automotores, ya sea por la ciudad, o por las rutas provinciales y/o nacionales.
Vemos que el tránsito en la ciudad de Paraná y sus alrededores, como así también en la provincia de Entre Ríos, se torna cada vez más complejo en cuanto a su composición y el crecimiento del parque vehicular, por lo que se hace imprescindible avanzar en normativas para la reglamentación de formas de transporte alternativas a los automóviles.
Es deseable aumentar el uso de la bicicleta, fundamentalmente en los centros de cada localidad, pero consecuentemente se pretende que su fomento se realice en condiciones de seguridad, generando ámbitos de utilización sin riesgo y de disfrute por los ciclistas. Hay que tener en cuenta que el reemplazo del tráfico automotor por bicicletas para viajes de corta distancia tiene efectos esenciales en reducir la contaminación urbana a nivel sonoro y químico.
Desde la sociedad civil se han planteado numerosas iniciativas tendientes a fomentar este medio de transporte y es una demanda vecinal en las distintas localidades de la provincia de Entre Ríos. El uso de la bicicleta está limitado y/o condicionado al tener que compartir la vía pública con los vehículos automotores, generándose de dicha coexistencia innumerables situaciones de conflicto y riesgos asociados.
Los ciclistas, como los peatones, son los más débiles e indefensos en el uso de la vía pública, ya que las bicicletas son vehículos que no poseen una carrocería que proteja al cuerpo de su conductor, siendo este el destinatario directo de cualquier tipo de colisión. Por lo tanto, requieren de un desarrollo de infraestructuras adecuadas y especiales, y disposiciones normativas en materia de tránsito, que contribuyan a mejorar su inserción y protección en la circulación.
Es menester generar alternativas que contribuyan a la seguridad vial, en particular en lo concerniente a procurar la implementación de políticas que atiendan a preservar la integridad física y por sobre todas las cosas el bien más valioso de todo ser humano como es la vida.
En este sentido, se vuelve imprescindible la sanción de una normativa que regule la circulación de los ciclistas y su interacción con los vehículos motorizados con la finalidad de fomentar, dar un marco de seguridad y garantizar la infraestructura necesaria para los que se trasladan en bicicletas.
La falta de conocimiento de la seguridad vial y la fragilidad del ciclista dado que muchos conductores, desde el asiento de su auto, no se dan cuenta de que alguien subido a una bicicleta es muy vulnerable y por ultimo no respetar el adelantamiento del metro y medio de separación lateral, máxime si no se reduce la velocidad, produciéndose el “efecto sumidero”, que puede hacer perder el control de la bicicleta, especialmente con vehículos pesados.
Por eso es necesario poner en valor a los ciclistas, estableciendo una normativa acorde y articulada con la ya vigente en caso del adelantamiento, respetando la distancia lateral mínima de seguridad de 1,50 mts., a fin de prever cualquier tipo de accidentes.
De eso se trata el anteproyecto que presentaré en la Legislatura. Una iniciativa que sirva para darle una protección al ciclista y por sobre todas las cosas que sirva para la promoción del uso de la bicicleta como un medio de trasporte saludable y sustentable. La idea tiene por objeto regular y ordenar la circulación de bicicletas dentro del territorio de la provincia de Entre Ríos.
(*) Julián Leonard es abogado y ciclista amateur.