La bicileta, puesta sobre el muro del Colegio Domingo Faustino Sarmiento que da a calle Buenos Aires, dibuja un escenario peculiar. El enrejado destruido por una tormenta incierto y un árbol caído que nadie recuerda, y la bicicleta ahí, poniendo en uso un sitio al que casi nadie le presta atención. El paredón, la reja, ese costado del edificio histórico del Colegio Domingo Faustino Sarmiento permanecen en el olvido. Nadie repara en los daños, y los destrozos permanecen así: sin reparar.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora