Pescadores artesanales autoconvocados y de cooperativas de la zona de Victoria pidieron una reactualización de los precios que les pagan los acopiadores y frigoríficos durante una protesta frente a las plantas empresarias que derivó en denuncia penal.
Los primeros les abonan $300 el kilo, que a su vez revenden a $500 a las industrias radicadas en Entre Ríos. Dado que la gran parte de la mercadería se exporta, congelada o procesada, se “pide un esfuerzo” para que se les pague más a los trabajadores del río, planteó el referente de la Asociación Civil Solidaridad, Unión y Producción, Florencio Montero.
El conflicto ha derivado en medidas de fuerzas frente a las plantas industriales y movilizaciones. Otra de las posibles vías de solución es permitir vender la pesca a empresas que no estén radicadas en la provincia y “liberar el mercado”, apuntaron. También proponen un puerto y mercado concentrador co administrado por el Estado junto con las organizaciones civiles, así como se facilite el acceso a la inscripción como monotributista que les permita aportes jubilatorios.
Los reclamos lo llevan adelante pescadores organizados en asociaciones o cooperativas, junto con independientes de la zona de Victoria, Puerto Esquina y Rincón de Nogoyá. Piden que los frigoríficos paguen más por el kilo de la mercadería que se obtiene. En el circuito de venta, el kilo de sábalo se abona entre los $250 y $350 pesos por los acopiadores. El referente del sector, Alfredo Camuglia, señala que ellos “no pueden pagar”, ya que los frigoríficos les pagan $500 final por kilogramo.
La situación se ha tornado crítica porque sin actualizar valores desde hace meses, los insumos han trepado de forma estrepitosa, mercede a la devaluación e inflación galopante. Esto se da en un escenario donde por la pesca de agua dulce se producen unas 24.000 toneladas al año, señalaron la Asociación, “donde las capturas de sábalo aportan la mayor proporción con destino de exportación a Colombia, Bolivia, Brasil y Nigeria”.
“Entendemos que hay que buscar soluciones, los frigoríficos exportan en grandes volúmenes de río y de mar. A pesar de la situación económica que está pasando la provincia y Victoria, entendemos que no la están pasando mal, porque si no, no se entienden la cantidad de personal, la flota de camiones, la comercialización de los procesados de pescados que venden Epuyen SA. También Curimba SA, River Fish SRL y Lyon City SA que exportan todos. Están trabajando dentro de los parámetros normales, así que estarían en condiciones de hacer el esfuerzo. Hay distintos sectores de pescadores que estamos planteando que puedan comprar el pescado otras empresas frigoríficas de afuera, porque esto no se puede hacer ahora, y por ahí solucionaría este problema”, planteó a ERA Verde Florencio Montero de Asociación Civil Solidaridad, Unión y Producción, que acompaña el reclamo de los pescadores cooperativos e independientes.
En la última reunión de este 8 de enero no hubo acuerdo, trascendió como última información, aunque hay rumores que entre acopiadores y frigoríficos están ofreciendo pagar $400 el kilo pescado. No es un aumento significativo, pero para los trabajadores del río toda suba suma. “Tienen que salir, tienen familia, tienen hijos, que tienen que darle de comer, todo está encarecido, la nafta sube rápidamente, cada 5 o 10 días, los derivados del aceite. El pescador tiene que permanecer varios días en las islas, entonces tienen que dejar en el territorio comida y sustento para su familia, y llevar mínimos yerba, azúcar y sal para comer mientras están en las islas trabajando”, describe Montero de cómo lo viven. “Hoy un pescador necesita aproximadamente $ 80.000 para salir a pescar por semana. La nafta va por los $1.000 pesos el litro. En ir y venir para entregar el pescado se gastan entre 20 y 40 litros de nafta cada dos días, viste. Y a eso sumarle la comida que se tiene que llevar y la comida que tiene que dejarle a la familia, y todo se encareció”, reiteró.
ontero aclara que “los pescadores de Victoria en su mayoría son artesanales. El Estado y frigoríficos le dicen comercial porque muchos le venden a acopiadores o a los mismos frigoríficos. En nuestra asociación le damos nosotros el valor agregado y no le entregamos a frigoríficos. Prácticamente lo procesamos nosotros, lo fileteamos y despinamos. Con menos volumen tratamos de tener más ganancias que entregándole a acopiadores o frigoríficos”, explicó.
“Para los pescadores artesanales, la pesca no solo proporciona su seguridad alimentaria y fuente de trabajo, sino su forma de vida y cultura comunitaria. Es una actividad totalmente desregulada, donde un estado ausente deja a los pescadores y pescadoras en situación de desventaja a la hora de negociar con los grandes frigoríficos de la zona que compran barato en pesos, y exportan en dólares”.
El referente de la Asociación expresó que también esperan “que el Estado provincial y municipal interceda. Es fundamental que esté presente en las negociaciones. Porque si bien no va a fijar el precio, porque eso lo fijan los grandes frigoríficos, pero puede interceder para que se comiencen a tener beneficios que estamos muy postergados».
En esta línea, planteo la idea que se pueda generar un «Puerto y Mercado Concentrador, para que toda la producción de la isla salga por ahí, para que sea administrado por el Estado y las organizaciones sociales que están al día con las personerías jurídicas y Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), que estén encuadrados en lo legal. Porque no sólo es llevar el problema al Estado, invitar a que nos acompañen, sino también llevarle soluciones, como que el pescador tenga su propia cámara de frío, que pueda aportar para una jubilación, que se de facilidades para que sea monotributista, y que esté amparado por las leyes junto a su núcleo familiar”, afirmó.
La protesta de los pescadores derivó en sucesivas presentaciones ante el Ministerio Público Fiscal por obstrucción de las plantas frigoríficas, aunque en función de que los pescadores depusieron su actitud las actuaciones fueron archivadas por el fiscal Eduardo Guaita, de la Unidad Fiscal de Victoria.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora