Puntualmente a las 13, las puertas del edificio de Tribunales de Gualeguay se cerraron, y el público que había acompañado a familiares y víctimas y la prensa que cubre el juicio al cura Juan Diego Escobar Gaviria, debió desalojar los lugares que ocupaban, y aguardar novedades en la calle.

La medida, de la más estricta burocracia, se cumplió a rajatablas: un cuerpo de los grupos especiales de la Policía custodiaba la escalera de acceso al primer piso, donde está la sala de audiencias, y otro grupo se ubicó en el acceso principal, sobre calle Monte Caseros.

Afuera, quedaron los periodistas, algunos familiares, denunciantes, y un grupo silente de gente, la mayoría mujeres grandes, que llegaron desde Lucas González a apoyar al cura escobar Gaviria.

“Te queremos”, “Fuerza padre Juan Diego”, “Tu comunidad te acompaña”, se lee en las pancartas, todas escritas con la misma caligrafía, la misma prolijidad, que exhibían las mujeres que se ubicaron frente a Tribunales.

“El de arriba está viendo todo”, se atrevió a decir una mujer del grupo cuando los periodistas intentaron abordarlas. Después, se hundieron en el mismo silencio que mantuvieron durante toda la jornada, sólo interrumpido por el rezo de un rosario.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.