El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, decidirá hoy la suerte del cura Juan Diego Escobar Gaviria, suspendido desde el 27 de octubre como párroco de San Lucas Evangelista, de Lucas González, y con prohibición de oficiar misas en público porque pesan sobre sus espaldas tres denuncias de abuso a menores que tramita la Justicia de Nogoyá.
Escobar Gaviria es un cura sanador que forma parte de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo de la cual Puiggari es obispo benévolo: hasta que no logre independencia plena como congregación religiosa, esa comunidad está bajo el protectorado de la diócesis de Paraná, y aquí tiene incardinados a todos sus sacerdotes. Entre ellos, el expárroco de Lucas González.
El sacerdote, miembro de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, fue párroco de Lucas González desde 2005 hasta el 27 de octubre último. Entones, Puiggari dispuso su suspensión. En el pronunciamiento eclesiástico, que se conoció el 31 de octubre, explicó: “Apenas se conocieron dichas versiones (en relación a la denuncia de las monjas), el pasado 27 de octubre, el Arzobispo dio indicaciones para que den inicio las investigaciones preliminares, según lo expresa el Código de Derecho Canónico en el canon nº 1717, reguladas por las normas de Gravioribus Delictis (delitos muy graves)”.
La suspensión fue después de que las monjas del Colegio Castro Barros San José, de Lucas González, presentara ante el defensor oficial, Oscar Rossi, una denuncia por abuso de un nene de 11 años, exmonaguillo en Lucas González.
En la Cruzada del Espíritu Santo, la congregación a la que pertenece Escobar Gaviria, la figura relevante es el padre Ignacio Peries, de Rosario. El religioso estuvo en las últimas horas muy pendiente de la suerte de uno de los suyos, según contó el abogado Milton Urrutia, quien junto a Juan Pablo Temón, ejerce la defensa técnica. Incluso, dijo Urrutia, el padre Ignacio se ofreció a darle alojamiento en Rosario luego de que se decidiera su salida de Oro Verde, último lugar en donde se había recluido Escobar Gaviria.
En Oro Verde había ido a parar el cura tras revocarse la prisión preventiva por 20 días que dispuso el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, en la cárcel de Victoria. Un tribunal de alzada de Gualeguaychú hizo lugar a un planteo de la defensa, y dispuso una medida sustitutiva: ordenó que Escobar Gaviria se recluyera en Oro Verde, de donde no debía moverse. Pero el destino que dio a la Justicia fue errado: el domicilio informado está ocupado: allí vive otra persona. Enterados los fiscales, le pidieron al cura que eligiera otro lugar de residencia.
Ayer fue trasladado a Paraná y alojado en la sede de la Cruzada del Espíritu Santo, aunque hoy Puiggari resolverá un destino definitivo, hasta que la Justicia resuelva su c aso. Según Urrutia, en la definición del destino final de Escobar Gaviria participa activamente el padre Ignacio.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.