El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, releyó de modo peculiar la historia nacional y dijo que los hombres de Mayo que iniciaron en 1810 el proceso de la Independencia, que concluiría con la declaración de 1816, en Tucumán, sembraron la semilla de defensa de los «no nacidos», con lo cual planteó que ya desde ese tiempo en el que la discusión por la despenalización del aborto no existía, se planteó la defensa de la vida.

«No podemos dejar de recordar en este aniversario de la revolución de Mayo que nuestros próceres lucharon por la libertad e igualdad de todos los ciudadanos. Esta igualdad que abarca a los no nacidos, está basada en la pertenencia a la misma raza humana y completamente fundada en los datos de la genética moderna y es reconocida por nuestra constitución. No es yendo contra la verdad como podremos construir una Nación grande. Y no es una auténtica expresión de libertad la que reclama el derecho de disponer la vida de otros», dijo.

Durante el Te Deum que se desarrolló en la Parroquia San Miguel, el jefe de la Iglesia, seriamente comprometido en la causa por los abusos del cura Justo José Ilarraz en el Seminario de Paraná, que este lunes 21 fue condenado por la Justicia a 25 años de cárcel, prefirió mirar la paja en el ojo ajeno, y hablar de los excluidos y del rechazo al aborto en una misma homilía. «Estas fechas patrias nos ayudan a recordar a todos que es indispensable abrazar nuestra vocación ciudadana sin perder de vista el horizonte de la eternidad. Para construir una patria como la que soñaron nuestros antepasados es necesario encontrar puntos de referencia sólidos, siendo el más firme de ellos la persona y el Evangelio de Jesucristo», sentenció.

Recordó Puiggari la necesidad de tener a Dios como guía. «Prescindir de Jesús, prescindir de la ayuda divina, no es un signo de libertad y madurez, sino lo contrario. Alejándose de su Creador y su Ley eterna la convivencia fraterna se hace más difícil aún, y se corre el riesgo de que se instaure la ley del más fuerte», planteó.

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«Es fácil engañar a los demás e incluso puede suceder que nos autoengañemos, no mirando de frente las situaciones que ocurren. Pero estas salen a nuestro encuentro, exigiendo una respuesta. No podemos cerrar los ojos y no darnos cuentas de que hay muchos argentinos que sufren distintas formas de pobreza, a quienes la vida diaria se les hace pesada y que conviven con la incertidumbre sobre el futuro económico y material de su familia, así como sobre su futuro laboral», alertó.

En el bando de los excluidos socialemente, ubicó a los no nacidos. «Nos duele profundamente que en nuestra Patria haya aún muchas situaciones de exclusión. A las ya conocidas por todos, viene a sumarse una nueva y grave forma de exclusión: la de privar a los no nacidos del derecho a vivir. No podemos dejar de recordar en este aniversario de la revolución de Mayo que nuestros próceres lucharon por la libertad e igualdad de todos los ciudadanos. Esta igualdad que abarca a los no nacidos, está basada en la pertenencia a la misma raza humana y completamente fundada en los datos de la genética moderna y es reconocida por nuestra constitución. No es yendo contra la verdad como podremos construir una Nación grande. Y no es una auténtica expresión de libertad la que reclama el derecho de disponer la vida de otros».

«Otros son los desafíos y las verdaderas deudas de la democracia para con los argentinos del presente y del futuro -aseveró-, y cada uno de nosotros, desde su lugar, debe procurar defender la vida de todos y hacerla cada vez más digna».

 

 

 
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.