A principios de agosto, la Justicia cerró un capítulo de una historia de escándalo que tuvo su epicentro en Oro Verde, un poblado ubicado a 8 kilómetros de Paraná. El hecho ocurrió en noviembre último, y tuvo como protagonista al profesor de música Gabriel Flores, quien fue acusado de haber abusado a uno de sus alumnos de la Escuela Parroquial Jesucristo Maestro y Señor de la Humanidad y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.

Flores dejó Oro Verde, y se volvió a su provincia, Misiones, pero la denuncia por abuso continuó en los Tribunales de Paraná.

Este mes, el juez de Garantías Eduardo Ruhl cerró el caso con la aceptación de un acuerdo de juicio abreviado al que llegaron la fiscal Agustina Pietranera, el querellante Cristian Ermácora y el defensor, Andrés Bacigalupo. Flores recibió una pena de tres años de prisión de cumplimiento condicional más la inhabilitación especial perpetua, por el delito de abuso sexual simple agravado por ser encargado de la educación de la víctima. Flores ahora reside en Misiones y allí deberá cumplir la restricción que le impuso la Justicia: no estar más frente a alumnos.

Los hechos ocurrieron así: el martes 14 de noviembre, cerca de medianoche, se vio por última vez a Gabriel Emanuel Flores, docente de la Escuela Parroquial de Oro Verde. Lo detectó una cámara de seguridad luego de que ese día se ausentara de su trabajo y la dirección del colegio hiciera la denuncia en la Policía.

Se inició la búsqueda, la escuela publicó el pedido de localización en su muro de Facebook , pero después del jueves 16, cuando se supo que Flores había ido hasta el paraje La Virgen, que cruzó a nado el río, que se quedó en una isla, que después fue traído a la orilla nuevamente por un pescador, y se presentó ante la Policía, el aviso fue eliminado, y el misterio rodeó el caso.

A las pocas horas de la denuncia de su desaparición y antes de que se supiera de su extraña aparición, comenzaron a circular en las redes sociales las sospechas de que algo más había. Ese algo más se conoció el viernes, cuando Flores debió acudir a la Unidad de Violencia de Género y Abusos del Poder Judicial: la fiscal Eugenia Smith había comenzado a tramitar una denuncia por abuso a un nene de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor. El denunciado, el profesor de música.

La primera víctima del escándalo fue la directora Daniela Cabrol, que fue apartada de su cargo de directora de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor. A finales de 2017, le siguió el cura Alfredo Nicola, responsable de la escuela, que fue apartado de su función de párroco de Oro Verde, y a quien desde entonces el arzobispo Juan Alberto Puiggari no le ha dado destino.

Ahora, al que corrieron es al apoderado legal de la escuela parroquial de Oro Verde, el abogado Federico Cerafia. En su lugar, Puiggari designó a la docente Ana Luna.

Oficialmente, se indicó que a través del decreto N°67/18, «Puiggari designó a la profesora Ana Hilda Luna como nueva apoderada legal para la escuela pública de gestión privada N° 216 Jesús, Maestro y Señor, atendiendo a la renuncia, por razones personales, del abogado Federico Cerafia».

Y agrega: «La nueva apoderada legal dio inicio a sus funciones el mismo día de su designación, es decir este viernes 17 de agosto del corriente año».

De quien de momento no se tienen noticias es de Nicola, que está aún en el banco de suplentes de la curia, sin destino.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.