El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, habló hoy respecto de sus supuestos dichos en una conversación que mantuvo el martes por la noche con la mamá de una víctima de los abusos del cura Juan Diego Escobar Gaviria. La charla, según Silvia Muñoz, tuvo lugar ese día en su casa, y en esa ocasión Puiggari aseguró que el sacerdote, con cuatro denuncias por abuso en la Justicia de Nogoyá, es un “pedófilo manipulador”.
Hoy le preguntaron desde una FM de Lucas González si efectivamente había dicho eso, pero Puiggari, fiel a su estilo, eludió la respuesta directa, y rodeó el asunto para finalizar con una frase enigmática: “Es una conversación privada, por lo cual yo entiendo, por lo menos para mi ética, que no debo revelar lo que se habló en esa conversación privada”.
Es por lo menos curiosa la reacción de Puiggari. El 31 de octubre, cuando se conoció públicamente el caso Escobar Gaviria, la curia dio a conocer un comunicado en el que habló en otro tono respecto del caso. “Expresamos nuestra cercanía y disposición para acompañar a todos aquellos que podrían sentirse afectados por esta dolorosa situación, quienes cuentan con nuestra disponibilidad de escucha, oración, comprensión y afecto”, señaló el texto, y agregó: “Manifestamos nuestra determinación de actuar con firmeza ante situaciones similares que puedan afectar la integridad física y moral de los fieles en general, pero especialmente de los menores”.
Bueno, recién hace dos semanas Puiggari mandó a su remolón oficial de justicia, el cura Silvio Fariña, a tomar la declaración de una de las familias de las víctimas. El otro paso que dio la Iglesia fue ofrecerles dinero para costear los gastos de atención psicológica del nene. La familia se lo rechazó de plano. “Queremos que el cura vaya preso”, le respondieron.

Puiggari habló con Ricardo Delgado, que conduce un espacio por FM Sensación de Lucas González, y contó que su entrevista del martes con una de las mamás de las cuatro víctimas que denunciaron a Escobar Gaviria, fue en respuesta a la invitación del papa Francisco, que en su carta apostólica del Día de los Inocentes invitó a los obispos a acercarse a las familias de las víctimas de los abusos. Aunque el arzobispo no atendió al resto de las familias que denunciaron al cura en la Justicia.
“Así, pude hacer la visita postergada con la señora, y estuve hablando con ella y con su esposo”, contó Puiggari. No quiso, sin embargo, revelar qué habló ni tomar partido públicamente en el tema. “Es algo que he sostenido desde el primer día: cuando pasan estos hechos dolorosos, y muy tristes para el obispo, hay dos actitudes. Internamente, tenemos que hacer investigación, y mientras se hace la investigación, el obispo no puede tomar partida de ningún tipo, porque tiene que terminar la investigación y mandar a Roma. Desde Roma, uno de los pasos posible, es que le pidan al obispo que haga un estudio administrativo penal, y entonces el obispo no puede tomar partida”, aseguró.
El otro camino es el de la Justicia civil, que ya cuenta con cuatro denuncias sobre Escobar Gaviria. Entonces, mientras ocurren esas investigaciones, dijo Puiggari, “yo no puedo tomar partida, y decir si es inocente o culpable. Tengo que callarme la boca”.
“La Justicia está actuando, somos respetuosos, y en lo que hemos colaborar hemos colaborado, y la Iglesia investiga si hubo conducta delictiva del padre Juan Diego. Mientras tanto, yo guardo silencio”, aseguró. Y reiteró que el silencio será su política: “Lo he dicho el primer día, a los pocos días que salió este tema tan doloroso. La mejor colaboración a la Justicia es guardar silencio y estar a disponibilidad. Y lo que tengo que hacer, porque me lo manda la Santa Sede, es esperar si la investigación arroja luz sobre la culpabilidad o la inocencia del sacerdote”.
Respecto de los dichos de la mamá de la víctima, Puiggari aseguró que “escuché el relato de la señora y tengo que esperar. No tengo por qué dudar de ella. No tengo por qué dudar de Juan Diego, y me pone en situación dudosa. En ningún momento dudo de lo que dice la señora. Pero la investigación preliminar y la justicia deben decir qué es verdad y qué no”.
“Al primero que le duele esta situación es al obispo –agregó–. Más allá de que alguno pueda haber fallado o no, me duele profundamente este tema, porque la fe de nuestra gente se debilita”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.