El arzobispo de Paraná y exrector del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, Juan Alberto Puiggari, eligió una posición elíptica para referirse a la condena a 25 años de prisión que recibió hoy el cura Justo José Ilarraz por los abusos a siete menores, pero no aceptó ningún tipo de responsabilidad en el eventual encubrimiento en el que habría incurrido buena parte de la curia, tal como lo planteó en los alegatos del 10 de mayo el fiscal Álvaro Piérola.
Puiggari dijo que la Iglesia no supo cómo actuar cuando supo de los abusos, y de ese modo relevó a toda la cúpula eclesiástica de una eventual responsabilidad en el silenciamiento de los delitos que ahora la Justicia condenó, treinta años después de haber ocurrido. Ilarraz fue prefecto de disciplina en el Seminario entre 1985 y 1993, y tuvo a su cuidado a los menores que cursaban la escuela secundaria como pupilos en el Seminario Menor. En ejercicio de esa posición de poder, cometió los abusos y los graves hechos de corrupción de menores, como dejó en claro el fallo del tribunal que este lunes lo condenó.
En la visión del arzobispo, las responsabilidades acaban con Ilarraz. «El veredicto dado a conocer por el Tribunal viene a establecer, por parte de la justicia, la culpabilidad que le cabe a quien incumplió con su vocación y su promesa a Dios -en lo personal, atentando contra quienes eran merecedores de su cuidado y protección, en primera instancia, y vulnerando la confianza de la institución que lo albergaba, la de sus pares y sus superiores, y también la de toda la sociedad», dice el texto del documento que la curia acaba de dar a conocer, con la firma de Puiggari.
El texto agrega: «Reiteramos que, en su momento, no supimos encontrar los caminos más adecuados para dar respuestas ajustadas a las necesidades de las víctimas, y nunca dejaremos de sentir dolor por eso. Desde esa experiencia, hemos transitado un período de reconocimiento y de evolución que está generando cambios trascendentes en la búsqueda de la contención y la prevención. De eso da cuenta la creación de un espacio y un programa específicos, que promueven la educación y la aplicación de estrictas normas de convivencia y conducta para todos quienes participan de los ámbitos institucionales todo lo cual puede profundizarse en el conocimiento en www.comisiondeprevencion.com.ar. Deseamos, igualmente, ratificar y poner de relevancia el compromiso por la tarea pastoral y social que desarrollan los sacerdotes y todos los integrantes de la Arquidiócesis de Paraná. Los actos cometidos por unos pocos no pueden desacreditar ni desvalorizar la labor comunitaria y religiosa que abnegadamente desarrollan quienes hacen del sacerdocio una desinteresada ofrenda de paz y sacrificio orientada por el bien común».
De un modo inquietante, el jefe de la Iglesia de Paraná echa un manto de sospecha sobre las siete víctimas que sostuvieron la causa judicial durante seis años, entre 2012, cuando se abrió la investigación, y 2018, cuando se inició el juicio oral a Ilarraz. Al respecto, Puiggari invitó a sus fieles «a encontrar, a través de la reflexión, la oración y la acción solidaria con el prójimo, los caminos de superación de los males que nos aquejan como sociedad, dejando de lado las suspicacias, el encono y el prejuicio, actitudes que dañan el espíritu y alejan a las personas de la verdad y la palabra de Dios». No aclara a quiénes se refiere, con lo cual el documento echa un manto de sospechas en vez de hacer, como se esperaba, un auténtico pedido de perdón.
El pronunciamiento eclesiástico queda apenas limitado a condenar a Ilarraz, en forma tardía. «Reiteramos -subraya el documento-,1 además, nuestro rechazo y nuestro repudio a los abusos de todo tipo, especialmente hacia aquellos que tienen como víctimas a niños y adultos vulnerables, quienes deben ser protegidos de manera contundente por la Iglesia, tal como lo señalara Su Santidad, el Papa Francisco, en setiembre de 2017: ´Pero también hemos experimentado un llamado, que estamos seguros de que viene directamente de nuestro Señor Jesucristo: acoger la misión del Evangelio para la protección de todos los menores y adultos vulnerables´”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.