Por Christian Leissa (*)

 

No me vengan con el cuento de que tenemos que «acostumbrarnos a ser pobres».

Si no se hubiesen hecho tan mal las cosas en los últimos gobiernos, deberíamos tener un país sin pobreza, o al menos, sin indigencia.

Los que estaban gobernando (Fernández y Massa) amagaron a ser progresistas, luego, producto de la tibieza y la presión del establishment financiero, retomaron el rumbo que ya traía el anterior gobierno (Macri, Caputo, Dujovne) y así, continuaron incrementando la pobreza y la inflación, total ahora se quieren ir a vivir afuera los patriotas, dejando semejante desastre.

Los que llegaron ahora, algunos nuevos y otros que volvieron maquillados (Caputo, Macri, Bullrich, etc) te quieren hacer creer que no hay plata, para así privatizar (rifar) nuestras riquezas y recursos al mejor postor.

Mientras tanto, vos, tu pareja, tus hermanos, tus amigos, tu vecino y la gran mayoría; laburamos y estudiamos cada vez más, para ser cada vez más pobres.

Laburás y te rompés el lomo, casi no tenés tiempo de estar con tu familia, de descansar, disfrutar la vida o darte algún gustito, para que a tu sueldo se lo coman los groseros aumentos de precios y las ganancias vayan al bolsillo de unos pocos peces gordos.

¿O le sobran días al mes o le falta plata a tu sueldo?

Encima tenés que escuchar a algunos «Embajadores de la República de las Injusticias» queriendo hacerte creer que sos pobre o que el sueldo no te alcanza «porque no te has esforzado lo suficiente».

¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo una colonia saqueada por los países extranjeros de siempre?

¿Alguna vez llegaremos a ser un país con soberanía, trabajo y salarios dignos, para gozar del derecho a tener un proyecto de vida a largo plazo en esta hermosa tierra argentina?

La verdad, esa utopía se aleja un poco más cada día.

 

(*) Docente.