El 31 de octubre último, el intendente Sergio Varisco elevó al Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza del Presupuesto General de la Municipalidad de Paraná para 2020. La hizo en medio de una profunda crisis que lo tiene, junto a su administración, como responsable y en respuesta a la exigencia de la Ley Orgánica de Municipios. En los hechos, y a días del cambio de autoridades, se trata de un trámite de parte del gobierno que se va.
La obligación está establecida en Ley N° 10.027, que regula a los municipios, y fija que la fecha de presentación, y establece que “el Concejo Deliberante deberá sancionar la ordenanza de presupuesto antes del 15 de diciembre del año inmediato anterior (…) Si el 1º de enero no se hubiere sancionado el presupuesto, regirá el del año anterior hasta que el Concejo Deliberante sancione el nuevo”. Esta última posibilidad -la aplicación de un presupuesto reconducido hasta que la nueva gestión se instale y tenga un panorama certero, desde adentro- es la que ha preponderado.
Varisco cumplió con enviar al Concejo el proyecto de Presupuesto 2020.
Una mirada al último proyecto de Presupuesto de Varisco, permite marcar a continuación algunos aspectos.
Superpoderes intactos
El proyecto sigue el formato de los anteriores y mantiene los polémicos artículos de cesión de facultades de parte del Concejo Deliberante al Ejecutivo. Se trata de los superpoderes, denominación dada por la oposición durante el gobierno de Blanca Osuna, cuando la delegación de facultades quedó reflejada en el Presupuesto en un formato que prácticamente no se ha tocado. Apenas entró al gobierno, Osuna arrancó en 2012 con la concreción de la cesión de facultades del Cuerpo Deliberativo, continuó en 2013, y 2014 fue el único año que no fueron aprobadas debido a un cortocircuito pasajero en el bloque oficialista entre osunistas y solanistas.
En 2015, la súper bancada oficialista compuesta, por entonces, por los dos tercios del Concejo con ediles de esas dos líneas internas (solanismo y osunismo) más el hallismo, votó en bloque y aprobó otra vez el retorno de los superpoderes al Presupuesto. En aquel momento, se señalaron, con fuerte tono de crítica por parte de la oposición del Cuerpo, los artículos 1°, 2° y 4°.
Transcurridos los años, y pese al cambio de gestión, la redacción –y la delegación de esas facultades- ha permanecido y hasta se proyecta para 2020. Por ejemplo, en la segunda parte del artículo 1°, en el que fija cuánto va a gastar el Estado Municipal y en qué partidas. La similitud se mantiene sin cambios –tomando como referencia los Presupuestos 2015, 2018, 2019 y 2020-, en el siguiente párrafo: “El Departamento Ejecutivo distribuirá analíticamente los créditos al máximo nivel de desagregación previsto en los clasificadores presupuestarios, pudiendo reasignar, por finalidad, función y jurisdicción los importes consignados en las partidas de Bienes de Consumo y Servicios No Personales, Transferencias, Personal, y Bienes de Uso”.
El artículo 2° contiene la estimación de los ingresos que tendrá el Municipio en 2020 y los montos determinados por las dos vías previstas: recursos corrientes y no corrientes. En el segundo párrafo del artículo persiste, hasta con las comas, en los cuatro textos lo siguiente: “El Departamento Ejecutivo podrá ampliar el Presupuesto General de Erogaciones y Cálculo de Recursos, cuando se produzcan nuevos o mayores ingresos por sobre los que se estiman en la presente, y/o cuando sea factible la incorporación de saldos no utilizados de recursos de ejercicios anteriores, debiendo efectuarse la comunicación al Honorable Concejo Deliberante”.
En el artículo 4° sucede algo parecido. Reitera el proyecto para 2020: “Apruébase el Plan de Obras Públicas (…), pudiendo el Departamento Ejecutivo de acuerdo al avance de las obras y criterios técnicos que permitan un mejor desarrollo de las curvas de inversión, realizar adecuaciones e incorporaciones en el marco del monto global autorizado”.
Los números
Las erogaciones previstas para 2020 ascienden a $5.700.087.699. Y como ya es habitual en los presupuestos del Municipio de Paraná, la partida con mayor incidencia es la destinada al pago de sueldos. Se prevén asignar $3.970.861.617, lo que equivale a casi el 70% del total de las erogaciones. Concretamente, se trata de un 69,6%. El porcentaje refleja un importante crecimiento en relación a los números de la partida de Personal prevista en el Presupuesto 2019, aprobado por la ordenanza N° 9.803, que correspondió a un 56,6% del total de los gastos.
En contraposición, baja la partida destinada a Trabajos Públicos en relación al Presupuesto de este año. Para 2020, las previsiones para ese ítem ascienden a $911.603.731, mientras para 2019 se aprobó una remesa de $1.497.834.293. También bajan los recursos para Transferencia, una partida que atiende subsidios y asistencia social: ahora figuran $132.167.809 y para el año que viene se destinan $119.760.376. En cambio, registran una leve suba los siguientes ítems: Bienes de Consumo y Servicios no Personales, Bienes de Uso e Intereses y Gastos de la Deuda.
En tanto, baja notablemente, a casi hasta la mitad, la partida destinada al Presupuesto Participativo. Durante años, las miradas han estado puestas en este sistema, que pese a estar establecido por la ordenanza N° 9.040, no se ha instrumentado. En 2019, se destinaron $110.304.935 y para el año que viene, $59.250.00.
El financiamiento para el Boleto Estudiantil Gratuito se fijó en $10.000.000 para este año y en el doble, $20.738.012, para 2020.
La estimación del actual gobierno respecto de los recursos con los que contará el Municipio el año que viene –según el proyecto de Varisco- se despega de los gastos: se prevé que los ingresos serán de $6.502.564.656.
Hay que aclarar que durante este año se ha modificado el Presupuesto 2019 mediante, por lo menos, cinco decretos.
La cantidad de empleados en el papel
La cantidad de empleados que la Comuna puede tener como máximo durante 2020 concuerda exactamente con el número fijado en el Presupuesto 2019, que a la vez coincide con los aprobados desde 2016.
La coincidencia se da justo en medio de una creciente polémica, siempre presente en la Municipalidad de Paraná cada vez que se avecina un cambio de gobierno, pero que esta vez ha recrudecido notablemente en medio de la fuerte crisis municipal y en vista de un hecho inusual: la desvinculación de un número incierto de contratados por parte de la gestión saliente, en el último tramo de gobierno, ante el argumento de la incapacidad económica-financiera para hacer frente a los sueldos. Las versiones dan cuenta de que se tratarían de entre 400 y 1100 contratados que quedarán sin trabajo antes de que asuma la nueva gestión.
Así y todo, y desde 2016 en adelante, los presupuestos dan cuenta de una planta de más de 9 mil empleados, con distintos vínculos contractuales. Para 2020, se prevé la posibilidad de que la Municipalidad tenga el mismo número de trabajadores -9.160- en las siguientes categorías: 5.300 en planta permanente, 2.800 en contratos de servicios, 980 en contratos de locación de obra y 80 contratos de horas cátedras.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora