El procurador general de la provincia, Jorge Amílcar García, no cree que la declaración de la emergencia por violencia de género vaya a resolver el creciente problema de la violencia hacia las mujeres, tal como piden entre otros, la Red de Alerta de Entre Ríos.
García dice que a los organismos públicos que trabajan la temática de la violencia les cuesta ponerse de acuerdo entre sí. “Todos estos hechos sumamente complejos requieren la actuación conjunta, y a veces eso no se consigue. Entonces, esta declaración de emergencia creo que hay someterla a discusión en estos organismos. Como mera expresión de emergencia, no agrega ni quita nada. Nosotros estamos preocupados por las víctimas, no por la emergencia. Pero si todos estos organismos deciden que sería conveniente, es una cuestión comunicacional, aunque no creo que no quita ni agrega nada”, dijo García.
El procurador general encabezó esta mañana una conferencia de prensa en el edificio de Tribunales para referirse a la tramitación en la Justicia de los tres hechos de violencia de género ocurridos el fin de semana en la provincia, y que se cobraron la vida de cinco mujeres y un hombre. Estuvo acompañado por la fiscal general adjunta, Cecilia Goyeneche, y los dos fiscales que instruyen la causa del femicidio ocurrido el sábado, Maria Eugenia Smith, de la Unidad de Violencia de Género, y Juan Francisco Ramírez Montrull.
TRES CASOS.
El sábado a la noche, un suboficial de la Prefectura Naval delegación Paraná, Orlando Ojeda, asesinó, utilizando una pistola 9 milímetros de la repartición, a dos mujeres con las cuales tenía relación sentimental. La primera víctima fue su expareja, Miriam Romina Ibarra (35), funcionaria policial del 911, quien vivía en Cortada 538 s/n. Ojeda le provocó la muerte de forma inmediata después de tres disparos.
Al retirarse del lugar, hirió a un vecino, Guillermo Suarez (27), con un disparo en la espalda, cuya bala provocó orificio de entrada y salida, pero tras ser internado de urgencia permanecía estable. Ojeda siguió su camino violento hasta la intersección de calle Medus y Antelo y también efectuó varios disparos a su pareja anterior a Ibarra, Norma Milessi (45).
Ojeda fue detenido en calle Larramendi, por personal de la Policía de Entre Ríos y fue puesto a disposición del fiscal Francisco Ramírez Montrull.
El domingo, en Concordia, otro hecho.
Evangelina Eugenia Moledo está internada en grave estado en el Hospital Masvernat luego de que su expareja, Miguel Ángel Rodríguez, le efectuara varios disparos delante de su hija de 3 años. En el ataque también resulto herido el actual novio de la mujer, Luis Walter Chamorro. Después, Rodríguez intentó matarse.
En la madrugada de este lunes, en Concepción del Uruguay, Juan Pablo Ledesma llegó al domicilio de su expareja, en barrio 134 Viviendas, y ultimó a puñaladas a Johana Carranza, a sus hijas, Luciana Ledesma de 5 años, y a Candela Ledesma de 7 años, a la vez que también mató la pareja de la mujer, Carlos Peralta.
También, después intentó suicidarse.
Tanto en el caso de Paraná como en el de Uruguay hubo intervenciones previas por violencia de parte de la Justicia, aunque el procurador García puso a salvo a los funcionarios judiciales por eventuales responsabilidades por omisión o por inacción. “Estoy absolutamente seguro de eso”, planteó.
“La norma no puede garantizar obediencia”, resaltó.
“No hay responsabilidad judicial por la omisión, que después determina la muerte de estas personas sólo porque en el año 2009 hubiera una presentación de la víctima, ante el Juzgado de Familia”, aseveró el procurador.
“Hay órdenes de restricción pero eso de ninguna manera impide que la persona acusada quebrante esas reglas –afirmó García–. Más aún, tenemos muchísimos casos en los cuales enjuiciamos a las personas que llevan adelante hechos de violencia, no solamente por el hecho originario, sino por el hecho de haber quebrantado la regla de no acercamiento. Esto es consustancial: el mensaje de la regla es no provocar lesiones a los otros. No te acerques. Y el mensaje o el contramensaje del violento, quien considera a las mujeres como sumisas, como no iguales, es: ´A mi la regla no me dice nada´. Por eso, va y rompe la regla. Frente a esto, le hacemos un proceso y pedimos prisión preventiva, porque quebrantó la regla. Evitar que este mal llegue a mayores. Desgraciadamente, lo único que los frena a estas personas es la cárcel. Hay personalidades altamente conflictivas que de ninguna manera implica que sean incapaces de culpabilidad. Pero están convencidos que pueden manejar a las personas como si fueran cosas”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.