En 2017, el Consejo General de Educación (CGE) y los sindicatos docentes acordaron los criterios a utilizar para la recategorización de escuelas en función de la cantidad de alumnos. Entonces, se dejó sin efecto el criterio de la “asistencia media” y se convino considerar datos de matrícula existente informados al Sistema Administrativo de Gestión Educativa (SAGE) al 31 de marzo y al 31 de agosto de cada año.
Se consideraron las siguientes categorías de escuelas según matrícula:
- Primera categoría: desde 451 alumnos
- Segunda categoría: desde 201 hasta 450 alumnos
- Tercera categoría: desde 101 hasta 200 alumnos
- Cuarta categoría: desde 18 hasta 100 alumnos
- Personal único: hasta 17 alumnos.
En ese esquema, las escuelas de primera categoría contarán con un director sin grado a cargo; 2 vicedirectores sin grado a cargo; dos secretarios sin grado a cargo
Las de segunda categoría, un director sin grado a cargo, dos vice sin grado a cargo; un secretario sin grado a cargo sin grado a cargo.
Las de tercera categoría, un director sin grado a cargo, y un secretario sin grado a cargo.
Las de cuarta categoría, un director sin grado a cargo.
Y las de personal único, un director con grado a cargo.
Sebastián Benedetti, coordinador de las Direcciones Departamentales de Escuelas del Consejo General de Educación (CGE), asume que el Estado no ha actualizado esas categorías y hoy se cuenta con aproximadamente 300 escuelas con matrículas que van de 1 a 3 alumnos.
“Hay una cantidad importante de escuelas en la provincia con baja matrícula –plantea-. Puntualmente, hay escuelas rurales o en zonas similares donde hay una escasa matrícula que ronda entre uno y cinco alumnos. Hay más de 300 escuelas de la provincia que están en esa condición. Por eso estamos evaluando diferentes posibilidades como para poder garantizar el servicio educativo, pero también hacer un uso inteligente de los recursos que tenemos que, como ustedes saben, no son en este momento muy amplios tampoco”.
-¿Esto tiene que ver con escuelas primarias del ámbito rural o también urbanas?
-Bueno, en principio estamos hablando de todas las escuelas que tengan una matrícula escasa del ámbito rural. En las escuelas urbanas no se registra esa situación. Nosotros sabemos que las escuelas, sobre todo las primarias, cuentan con un sistema de trabajo que determina que cuando la matrícula decae la escuela baja de categoría. Así, algunos cargos van a otras escuelas, no es que se cierre tampoco. Simplemente hay menos docentes para menos alumnos. Eso es una cosa que está prevista. Lo que tenemos es que en el ámbito rural, cuando no hay matrícula, esa escuela se cierra provisoriamente y el docente va a otra escuela. No es que pierde el trabajo el docente. Hay que ser muy claros con esto. Y cuando la situación cambia, cuando vuelve a haber alumnos en esa zona de la escuela, se vuelve a abrir, y vuelve la persona que estaba en esa escuela o se nombra a otro. En este caso lo que estamos viendo y estamos evaluando, porque esto es un proceso que estamos iniciando desde hace un tiempo importante, es que hay muchas escuelas rurales, que son la mayoría de las que estamos hablando en este momento, con una matrícula muy escasa. Entonces, pensamos que en lugar de tener una escuela abierta con un solo alumno y una docente, lo cual tampoco es muy bueno para el proceso de socialización de ese chico, quizás podemos llevar a ese alumno a una escuela cercana. A esto lo estamos evaluando en conjunto con el Inaubepro (Instituto Autárquico Becario Provincial): hay que garantizar que el chico pueda llegar con un transporte a esa otra escuela. Y esa docente, en todo caso, sumarla a esa otra escuela, cambiar la categoría de esa escuela para que tenga más docentes y más chicos. La idea que tenemos es avanzar con el sistema de escuelas núcleo. Obviamente esto está en estudio. Y no se puede hacer en todos los casos. Vamos a evaluar cada caso en particular.
-¿Ya existía el sistema de escuelas núcleo, de reagrupación?
-Sí. Pero no nos olvidemos que hace bastante tiempo que no hay un estudio real, a conciencia, la población estudiantil. Se han creado escuelas en algunos lugares donde la matrícula tampoco es excesiva. Entonces, tenemos que replantear la situación actual que tenemos.
-¿Es lo mismo que ocurrió con los centros educativos de jóvenes y adultos?
-Sí, es similar. Lo que nos pasó con los centros de jóvenes y adultos es que teníamos escuelas de jóvenes y adultos, primarias fundamentalmente, que estaban en un determinado lugar, y quizás a dos o tres cuadras, o a diez cuadras, había un centro de adultos también, brindando el mismo servicio educativo. Nunca se quita el derecho a la educación de nadie. Pero no tiene sentido sostener un centro educativo con tan poca distancia de otro. Nos encontramos con muchos centros que ni siquiera sabemos quiénes son los estudiantes.
-Cambiar de categoría una escuela, bajar de categoría, implica pérdida salarial para el docente.
-Yo soy docente. Toda la vida he trabajado en escuelas. Cuando termine mi función volveré a la escuela. Nosotros sabemos cómo funciona el sistema. No es que se pierda un derecho. Pero evidentemente que si hay una baja de la categoría, los cargos directivos pierden. Soy directivo y sé que pierdo un poco de mi sueldo si mi escuela baja de categoría. Pero es parte del sistema, el sistema está hecho de esta forma, porque lo que se trata de hacer es que el recurso vaya donde se necesita. Entonces, no tiene sentido tener una escuela en una categoría alta, cuando no tiene la cantidad de matrícula de estudiantes que la puedan hacer viable.
-¿Hay escuelas que deberían bajar de categoría?
-Hay muchas situaciones que estamos evaluando, porque obviamente el panorama es muy amplio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora