El abogado Gustavo Rivas, acusado por “corrupción y promoción de la prostitución de menores”, se presentó a las 7.55 en los Tribunales de Gualeguaychú, para prestar declaración indagatoria como imputado ante el fiscal coordinador de la ciudad, Lisandro Beherán y la fiscal Martina Cedrés, quienes llevan adelante la causa, pero optó por abstenerse.
Pese a los diferentes reportajes que hizo con la prensa nacional y provincial, frente a la justicia eligió no declarar, luego de que se le leyó la acusación que pesa sobre sus espaldas. Estuvo durante más de tres horas en el edificio tribunalicio, pero no quiso declarar porque la justicia no les reveló las identidades de las víctimas. A su vez, se le reiteró que continúan las medidas restrictivas de acercamiento a víctimas y familiares.
La causa contra el abogado e influyente vecino de esa ciudad entrerriana se abrió a partir de una nota publicada hace unos 10 días en la revista «Análisis», donde se denunciaron la serie de hechos de corrupción de menores y de abusos cometidos por Rivas entre 1970 y hasta por lo menos el 2010. Por tales hechos ya declararon por lo menos cinco víctimas en Tribunales, en esta última semana y varios testigos y familiares directos. Uno de los episodios -donde se ven involucrados la captación de menores del albergue “Manuel Alarcón”, de parte del conocido abogado, a cambio de dinero-, data de 2007, por lo cual no está prescripto, que fue la figura que atacó en todos estos días el abogado de Rivas.
Rivas llegó acompañado de su abogado Ricardo Jurado y no hizo declaración periodística alguna, pese a la insistencia de los medios. Ingresó a las 7.55 y recién salió de Tribunales a las 11.30 aproximadamente. Rivas escuchó la acusación de los fiscales, pero se abstuvo de declarar, en desacuerdo por la decisión de los referentes de la justicia de no revelar los nombres de las víctimas, quienes comparecieron bajo identidad reservada. Al salir, Rivas lo hizo secundado por personal policial, que lo acompañó hasta la sede de la Jefatura Departamental. allí, el abogado denunciado cumplió con trámites de rigor -en su condición de imputado en la causa- y continuó a su domicilio de Mitre 7, a no más de 20 metros de la dependencia policial.
En esta semana, Rivas aseguró en una entrevista exclusiva con Télam que “nunca estuvo con un menor”, que “está tranquilo” ante la indagatoria porque “la causa está inflada” y que de su casa “se llevaron diapositivas de sus viajes por Europa y grabaciones del Chavo y Neustadt”. No obstante, las casi 300 fotografías secuestradas en el allanamiento realizado en su casa de Mitre 7, son contundentes y una prueba determinante para la justicia, porque allí se muestra el grado de perversidad al que Rivas llevaba a los menores que hacía ingresar a su casa, a una vivienda de fin de semana, al barco o bien a una residencia de campo que no se pudo determinar. Casi todas las fotografías fueron tomadas en tales lugares, donde se observan a menores, de entre 12 y 16 años, quienes aparecen desnudos, en diferentes poses sexuales y en imágenes, evidentemente, tomadas por el propio Rivas. Los videos rescatados también mostrarían imágenes en idéntico sentido, tanto en la casa del abogado, pero en particular en el barco, donde los jóvenes y el propio Rivas aparecería posando totalmente desnudo. El informe de la Policía de Entre Ríos será entregado este lunes también, antes de la indagatoria al letrado y ex candidato a gobernador de la UCedé.
El sábado por la tarde, cerca de 300 vecinos marcharon en la plaza principal de Gualeguaychú para expresar su apoyo a las víctimas, mientras que un sector de los manifestantes se desprendió de la columna para hacer un escrache frente a su casa. “Acá vive un pervertido”, decía un cartel con letras rojas pegado en la puerta de la casa y estudio de Rivas, ubicado a metros de una de las esquinas de la céntrica plaza San Martín, mientras una mujer dijo que “el silencio que se hizo sobre los abusos es una vergüenza para todo Gualeguaychú” y exigió: “Con los chicos no”.
“¿Le tienen miedo a Rivas? ¡Hay muchos Rivas acá! ¿Van a esperar otros 40 años?”, gritaba una de las manifestantes en un debate en el que las mujeres tomaron la palabra y eran mayoría. Los hombres acompañaron en silencio.
“Rivas captaba grupos que estaban relacionados al deporte, al club o al colegio, y en nuestro caso fue el Club Neptunia porque éramos parte del equipo de voley o íbamos con un grupo de amigos a la sede o al Parque Unzué, y él se iba acercando, tomaba confianza y nos invitaba a otras cosas”, había dicho Martín Daneri, una de las tres víctimas que se presentó ante la justicia. Daneri, quien además de ser abogado tiene una extensa trayectoria como ajedrecista a nivel nacional e internacional, dijo que Rivas “seducía a los menores con películas pornográficas en los años del proceso militar y una vez que se juntaban los filmaba masturbándose grupalmente”.
Finalmente, reveló: “Años atrás hubo un intento de denunciar esos hechos ante la Justicia, pero el juez de Instrucción Sergio Carboni lo desestimó. Fueron varias personas a la Justicia y él los habría persuadido para que no hagan la denuncia”. “Quiero que esto sirva para que haya una catarata de confirmaciones de lo que hemos pasado. Hay una cantidad de víctimas que todavía no se animaron a hablar”, completó.
Foto: Reporte 2820
Fuente: Análisis