
- Por Víctor Hutt (*)
Estos días los trabajadores y trabajadoras, jubilados y jubiladas de Entre Ríos estamos cobrando los “Bobones” (Bonos de Bordet en Negro) y al evaluar su implementación vamos descubriendo que el bono es peor de lo que pensábamos. Vamos a hacer un breve análisis.
En realidad, cuando vimos el decreto N° 1.634, que es el que implementó el pago de los “Bobones”, no dedicamos mucho tiempo a su análisis, porque era muy claro que su implementación es repudiable desde todo punto de vista, pero al analizarlo comprobamos que es aún peor de lo que rápidamente podíamos observar sin mucho análisis.
Antes de analizar los “Bobones” tenemos que recordar el contexto. Venimos de una gestión de Bordet de cuatro años en los cuales nos quitó a los trabajadores un 20% del poder adquisitivo del salario, en línea con la política económica nacional implementada por Macri, con el objetivo de bajar el costo salarial. Por si no nos damos cuenta de la expresión, el costo laboral es la vida de los trabajadores. Costo laboral bajo significa trabajadores y trabajadoras pobres.
En lo que va de 2020, el aumento salarial nominal fue de entre un 0% y un -10% (sí, menos 10): 0% para los salarios más bajos y un porcentaje negativo para salarios medios, a partir una CBT (canasta básica total) y media, porque sufrieron un descuento de entre un 2% y un 10% por Ley de Emergencia que pagaron los trabajadores y no pagó la oligarquía, un ajuste para los que menos tienen. Esto fue acompañado con un cierre unilateral de las paritarias, cierre que en realidad fue una no apertura y que acarrea la consecuencia de que el aumento salarial se mantendrá entre 0% y -10% durante todo el año.
Este aumento 0% o negativo del salario nominal, en realidad, significa un 25% de rebaja salarial al someterlo a los efectos de la inflación, que puede llegar a un 35% al finalizar el año, a lo que algunos le deberán sumar las pérdidas por Ley de Emergencia.
En todo este dramático contexto salarial que se traduce en dramática subsistencia familiar, que provocó la caída drástica en los escalones de la subsistencia, que transformó en pobres a los que estaban un poco mejor y acercó a la indigencia a los que estaban un poco más pobres, decide, al mejor estilo de patrón de estancia, pagar un bono en negro a trabajadores y jubilados, un bono que para algunos es $ 4.000, para otros es $3.000, para otros es $ 2460 y para otros es $ 0.
Antes de ingresar en los detalles del “Bobon”, tenemos que recordar que los trabajadores docentes tenemos otros dos montos en negro en el salario: el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), que son $ 1.210 y forman parte permanente de nuestros ingresos para activos, y un bono nacional de otros $ 1.210, también en negro, de permanencia temporal, que por ahora va hasta diciembre, pero no sabemos cómo seguirá en el futuro.En este marco es que Bordet agrega otra suma de dinero con formato de bono en negro a los trabajadores.
Con los haberes de octubre, un cargo testigo de maestro inicial llegará a cobrar $ 28.865, que representa un 61% de la línea de la pobreza, que significa 40% por debajo del límite para ser considerado dentro de la pobreza. Pero de ese total percibido, hay $ 6.420 en negro, un 22% de un sueldo que está 40% por debajo de la pobreza, que es pagado en negro y en forma temporal. Si quitamos esa parte en negro, que no es salario, el sueldo inicial queda en $ 22.445, que representa el 48% de la línea de la pobreza, menos que la mitad de pobre, impresionante.
Además de todo esto, el Gobernador diseñó el bono en negro repleto de trampas que hacen que muchos perciban mucho menos de lo que pensaban cobrar, principalmente los jubilados.
Este bono tiene el siguiente esquema de pago, con escalones de valores de acuerdo al salario de cada trabajador.
Escalas del aumento

Debemos aclarar que los haberes nominales no son los que cada trabajador cobra sino lo que figura en el recibo antes de realizar los descuentos, pero además el decreto N° 1.634 aclara que para el cómputo de los haberes nominales no se tienen en cuenta los montos en negros abonados a docentes desde la Nación, por lo que debemos decir más precisamente que se refiere a haberes nominales provinciales. Sólo a modo de ejemplo, si un docente tiene un sueldo de bolsillo de $ 34.000 no corresponde al primer escalón, sino que deberá observar el segundo para saber el monto de su “Bobon.
Lo explicaré con ejemplo particular:
Un cargo de maestro/a con 15 años de antigüedad tiene un sueldo de bolsillo de $ 31.033, pero ese valor no se considera para los tramos. Debemos observar el sueldo nominal, el total de salario nominal, sin descuentos, es de $ 37.957 y a eso debemos restarle los montos en negro de Nación, Fonid, Fonid cuota extra y Material didáctico: $ 1.210 + $ 1.210 + $ 210 = $ 2630.
Si al sueldo nominal total le restamos los montos en negro, nos queda un nominal provincial de $ 35.327: ese es el valor con el que debemos ubicar el escalón correspondiente, que es el segundo, por lo tanto, cobrará un “Bobon” de $3.500 durante tres meses.
El impacto en los jubilados
Aquí explicaré la forma de cálculo tal cual lo establece el decreto y tal cual se aplica, aunque quien esté leyendo no pueda creer la perversidad de los criterios aplicados.
Hay dos criterios que reducen drásticamente el valor del “Bobon” que recibirán los jubilados y jubiladas. En realidad es un criterio que se aplica en dos lugares, para la determinación de los escalones y para el valor del bono.
En cuanto a los escalones, un activo se encuentra en el primer escalón, el que percibe el mayor monto, si sus haberes nominales están por debajo de los $ 35.000, pero la vuelta que le encontraron para pagar mucho menos es reducir ese escalón al 82% de los valores de los escalones, es decir el límite de 35.000 se transforma en $ 28.700, el límite de $ 55.000 se transforma en $ 45.100 y el de $ 120.000 se transforma en $ 98.400, esto significa que un jubilado cuyos haberes nominales son $ 31.000 seguramente pensó que cobraba de acuerdo al primer tramo, pero forma parte del segundo tramo de percepción menor, lo mismo sucede con los demás tramos.
Y en cuanto a la percepción, tampoco cobrará lo mismo que los activos, sino sólo el 82% de dicho valor, por lo que en lugar de $ 4.000 se convierte en $ 3.280, el “Bobon” de $ 3.500 para un jubilado o jubilada se convierte en $ 2.870, el de $ 3.000 se transforma en $ 2.420 y el de $ 0 no pierde valor, para el jubilado también es $ 0.
La sorpresa se genera entre lo informado por la prensa al momento de decidirse el pago del “Bobon” y lo que realmente sucede al analizarse el decreto. Analicemos un ejemplo de este cambio entre lo anunciado públicamente y lo determinado por el decreto.
Un docente jubilado que tiene un sueldo de bolsillo de $ 50.246, tiene un sueldo nominal sin descuentos de $ 52.946, cuando escuchó el anuncio del “Bobon” entendió que por encontrarse por debajo de los $ 55.000 le correspondía cobrar $ 3.500, pero de acuerdo a los criterios del decreto sólo percibirá $ 2.460 en concepto de “Bobon”.
Cómo calcular
Si el Gobernador determina que decide pagar un bono de emergencia ante la extrema pérdida salarial y empobrecimiento de trabajadores y jubilados y para hacerlo viola toda la normativa salarial, inventando una forma de pago que no existe, que nos retrotrae 40 años en cuanto a formas de pago de salario y que además viola la Constitución al abonar sueldos en negro, es llamativo su cuidado de aplicar el 82% a jubilados. No le importa que tengan las mismas necesidades que los activos, aquí parece ser un muy estricto cumplidor de las normativas salariales, respeta sólo aquellas que le permiten pagar menos, sin importar las necesidades.
Aclaro algo sobre la constitucionalidad del “Bobon”, seguramente habrá encontrado el recurso retorcido para impedir que se lo declare ilegal al pagarse en negro y si no lo encontró seguramente llamó al Superior Tribunal para que le aseguren que le harán el aguante, como le aseguraron con la ley de emergencia, pero más allá de todas estas mañas legales, la Constitución se está violando en su espíritu, el espíritu de la Constitución establece que los trabajadores y jubilados no deben percibir montos en negro, que el Estado Provincial no debe pagar montos en negro al mejor estilo de los negreros de otros tiempos.
Otra consideración que debemos hacer es que la forma de pago a jubilados es tremendamente injusta y alejada de la realidad. Nos hacen una trampa que es muy fácil de desmontar y paso a explicarlo con un ejemplo sencillo -aclaro que lo explico para quienes no manejan estos cálculos, pero tanto el Gobernador como el Ministro de Economía lo saben con claridad, lo saben mucho mejor que yo-.
Decir que la jubilación está establecida en el 82% de los activos no significa que los haberes de bolsillo son del 82%, este 82% se refiere a montos nominales, que luego sufren descuentos, los descuentos de los activos son muy superiores a los de los jubilados, sencillamente porque tienen el 16% de aporte jubilatorio y el jubilado no tiene ese descuento, hagámoslo con números.
Un monto de $125 en el recibo de un activo, en su valor nominal, sufre descuentos del 20% (redondeando) y se transforma en una percepción de bolsillo de $ 100.
Ese monto de $ 125, al trasladarse a jubilados se le aplica un 82% y se transforma en un monto nominal de $ 102,5 en el recibo del jubilado, y luego de aplicar los descuentos sobre haberes de jubilados, un 5% (aproximado), se transforma en una percepción de bolsillo de $ 97,40.
Con este ejemplo vemos que por cada $ 100 de bolsillo del activo, la aplicación del 82$ sobre montos nominales en realidad significa que el jubilado perciba $ 97,4, es decir el 97,4%.
Dado que los bonos son en negro, que se transforman directamente en valores de bolsillo, el jubilado debe percibir mucho más para que se respeten las normas de haberes jubilatorios.
El secreto de esta trampa está en el pago en negro, desde allí para adelante se destroza toda legislación salarial que podamos pretender aplicar. Si el bono tenía carácter remunerativo, todo esto se hubiera ordenado, los jubilados percibirían el “Bobon” en forma correcta, pero además hubiera habido aportes para nuestras obras sociales que se encuentran tan empobrecidas como los trabajadores y nos generan pobrezas al momento de necesitar atención de nuestra salud.
Bueno, como ya sabemos, cuando las cosas se comienzan a hacer mal todo lo que sigue va siendo peor, estos “Bobones” terminan de coronar una pésima administración de Bordet sobre los recursos provinciales, que generó el empobrecimiento de los trabajadores, de los jubilados, de las obras sociales, pero no afectó a los sectores concentrados de la economía, a quienes se les ha garantizado una provincia que no frena su enriquecimiento, que no los incomoda, que no les cobra impuestos extraordinarios para afrontar la crisis.
*) Víctor Hutt es rector de la Escuela de Jóvenes y Adultos N° 12 “25 de Junio”, de Concepción del Uruguay, y miembro de la Comisión de Salario de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).
Foto: Gentileza La Lucha en la Calle