«¿Tiene una moneda?», dicen ellos. Ya no hay monedas. Ninguna moneda podría ayudarlos en nada. Pero ahí están: pidiendo monedas. Están en la puerta del templo principal de la ciudad, la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario. Adentro, muchos beatos en misa, una misa donde los curas prometen ser pobres, y castos y obedientes, y en un rato, se suben a sus autos, y se van a sus parroquias, a seguir sus vidas. Acá, ellos dos seguirán pidiendo monedas. Y los beatos, quizá, dándoles la espalda.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

