La feligresía católica celebra este lunes a san Cayetano, el santo del pan y del trabajo. En Paraná, las celebraciones litúrgicas se harán bajo el lema “Con San Cayetano levantamos los ojos al Cielo”. En el templo ubicado en barrio San Roque –Ayacucho y Fraternidad- habrá misas en los siguientes horarios: a las 0; a las 9,30; a las 11; a las 15,30, con procesión incluida; a las 19 y a las 21. La veneración a san Cayetano se inició en Argentina con la crisis de 1930. Se atribuye a un sacerdote, el padre Domingo Falgioni, a cargo del templo de San Cayetano entre 1928 y 1938, en Buenos Aires, como el iniciador de la devoción tal y como se da ahora. El cura realizó una campaña evangelizadora a través del diario católico El Pueblo e imprimió por primera vez la estampa del santo con espigas.  La devoción creció de manera inusitada y pronto proliferaron casas y negocios. El párroco siguiente, Juan Di Falco (1938-45), fundó una cooperativa con comerciantes, vecinos y fieles. Sirvió para recaudar dinero para sostener la obra parroquial y ampliar el templo, pero también marcó el inicio del desarrollo del barrio de Liniers, en Capital Federal, donde está uno de los templos más antiguos en honor al santo.  Dicen los que conocen la historia de la devoción, que en la década  de 1980 comenzó a hacerse fuerte la costumbre de asociar una espiga de trigo a la imagen de San Cayetano, y de llevar donativos cada 7 de agosto. En su país natal, Italia, Cayetano organizó, en 1521, el primer hospital de enfermedades infecciosas. Aunque preocupado por la creciente corrupción que observaba en la Iglesia, creó su propia congregación, los Clérigos Regulares, que seguía los postulados del celibato y la austeridad. A su muerte, el 12 de abril de 1671 el Papa lo declara santo junto con Rosa de Lima y Luis Beltrán (ambos difusores del Evangelio en Latinoamérica), Francisco de Borja y Felipe Benicio.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora