La causa fue caratulada al principio por el juez de Instrucción Jorge Gallino como «averiguación de paradero». Todavía tiene esa misma carátula. El primer allanamiento que ordenó el magistrado ocurrió 18 meses después de la desaparición, el 10 de julio de 2003. Tarde, mal.

Familia Gill: la recompensa y el juez que se puso la causa al hombro

Elvio Garzón, ahora integrante del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná, fue el primer abogado de Otto Gill, quien tuvo varios altercados para poder constituirse como querellante. María Delia Gallegos, mamá de Margarita, está ahora detrás de la búsqueda que no tiene fin, y es representada por el abogado Daniel Casas Gerber, que lleva adelante la querella.

Desde 2015 hasta acá, el juez Acosta ha encabezado operativos de rastrillaje con máquinas excavadoras,. En 2019 consiguió que un atropólogo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Juan Nóbile, se sumara a la búsqueda. También acudió a los servicios de un vidente de Gualeguaychú y procuró, sin suerte, ser recibido por el cura sanador Ignacio Peries, de Rosario. En mayo de 2022, consiguió que el Ministerio de Seguridad de la Nación pusiera una recompensa de $9 millones a quien pudiera dar datos sobre el paradero de la familia Gill. Ya habían pasado veinte años.