El plan se pergeñó y se llevó adelante durante la madrugada del 7 de junio de 2018. Ismael Ramón Framulari, Kevin Alexander  Paniagua y Maximiliano Ezequiel Chamorro silenciaron primero a un testigo incómodo: Walter Sosa, que compartía con los ellos la celda número 3 de la Unidad Penal N° 5 de Victoria. Lo maniataron y lo encerraron.

De ese modo, se aseguraron que Walter Sosa no hablara y no los delatara y pusiera al descubierto lo que habían planificado con celo. El plan criminal que estaban dispuestos a llevar adelante: prender fuego a un colchón, arrojarlo a la celda número 2, trabar la puerta por fuera, y dejar que los siete que estaban adentro murieran del peor modo. Seis murieron del peor modo; algunos de forma inmediata; otros a las horas; algún último luego de varias semanas de agonía. Murieron asfixiados por el humo, con gravísimas quemaduras. Las cámaras del Servicio Penitenciario captaron la escena, el colchón prendiéndose fuego, arrojado luego al sitio donde otros dormían profundamente, cerrando la celda: la trampa mortal. Sólo uno de los siete sobrevivió.

Así lo contó el fiscal Eduardo Guaita, de la Unidad Fiscal de Victoria, en el alegato de apertura del juicio que se lleva adelante en el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay desde el martes 7.  «Este plan criminal lo ejecutaron la mañana del 7 de junio de 2018,  pasadas las 06,30. En dicha oportunidad, los imputados aguardaron a que los funcionarios penitenciarios, tal como lo hacían diariamente, quitaran los candados y pasadores externos de las cuatro celdas que componían el pabellón, y una vez que se retiraron los celadores del pabellón, Kevin Paniagua salió de la celda número 3, se dirigió a la  celda 1 y le volvió a colocar el pasador externo. Lo mismo hizo con la celda número 4. Mientras hacía eso Paniagua,  Chamorro y Framulari tomaron un colchón existente en la celda número 3 y le prendieron  fuego con un encendedor. Y mientras Chamorro abría la puerta de la celda para permitir el paso de Framulari, éste se dirigió a la celda número 2, donde arrojó el colchón, aprovechándose de que las víctimas se encontraban en absoluto estado de indefensión, ya que estaban descansando, debido al horario de la mañana en que se produjo el ataque. Los imputados luego cerraron la puerta de dicha celda a la que le colocaron el pasador externo para impedir que los siete ocupantes de la misma pudieran salir del lugar. El medio utilizado para matar a los integrantes de la celda número 2 a su vez era un medio idóneo para generar un peligro común para los restantes internos que se encontraban alojados en el pabellón número 3. Como consecuencia del comportamiento desplegado por los imputados, seis de sus ocupantes murieron. Justo Silva, Marcelo Beber y Matias Ezequiel Rodríguez fallecieron ese mismo día por asfixia por inhalación de humo y quemaduras en las vías aéreas de respiración. Vladimir Casco y Brian Alarcón fallecieron, uno en la noche del 7 de junio de 2018, y el otro en las primeras horas del 8 de junio, también  por asfixia por inhalación de humo y quemaduras en las vías aéreas de respiración. Mientras, Francisco Alberto Coronel, quien estuvo internado desde el día del hecho hasta el de su fallecimiento, murió el 14 de julio de 2018, como consecuencia de las graves quemaduras sufridas el día del hecho que derivaron en una falla multiorgánica. Sólo logró salvar su vida Emilio Suarez,  quien sufrió importantes quemaduras principalmente en los miembros inferiores de su cuerpo».

Es gravísimo el estado de los heridos en el penal de Victoria

 

La Fiscalía enrostró a los tres el séxtuple homicidio calificado por haberse cometido con alevosía, ensañamiento,  mediante la utilización de un medio idóneo para crear peligro común y con el concurso premeditado de tres personas en concurso ideal con homicidio igualmente calificado en grado de tentativa para con Emilio Suarez, ambos en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada por ser 3 personas en perjuicio de Sosa -, debiendo considerarse a los nombrados como co-autores de dichos comportamientos delictivos.

El 7 de junio de 2019, un año después de aquella masacre en la cárcel, el juez de Garantías de Victoria, José Alejandro Calleja, remitió la causa a juicio oral al Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay.

Los tres imputados fueron sentado, desde el martes 7, en el banquillo de los acusados: Kevin Alexander Paniagua, nacido en Paraná, actualmente alojado en la Unidad Penal 3 de Concordia; Ismael Ramón Framulari, analfabeto,  también de Paraná, fue derivado a la Unidad Penal 4  de Concepción del Uruguay; y  Maximiliano Ezequiel Chamorro, de  21, también de Paraná, está alojado en la Unidad Penal Nº 8 de Federal. Todos rondan poco más de 20 años.

 

El Tribunal de Juicio de Gualeguay, integrado por los jueces Dardo Tórtul, Javier Cadenas y Darío Crespo, retomó este lunes, a partir de las 9, el juicio por el séxtuple crimen ocurrido el 7 de junio de 2018 en la Unidad Penal Número 5 de Victoria Gobernador Ramón Febre.

Así quedó resuelto este viernes, al término de la audiencia que se celebró en los salones del cuartel de Bomberos,  donde testificaron una decena de personas, entre los que se contaron peritos, forenses y agentes penitenciarios de la unidad penal donde ocurrió el hecho.

Mientras, este martes 14 serán los alegatos de clausura en las que la Fiscalía y la querella piensan pedir reclusión perpetua para los tres acusados.

La causa está caratulada “Framulari, Ismael Ramón; Chamorro, Maximiliano  Ezequiel; y Paniagua, Kevin Alexander s/ Homicidio múltiple agravado por ensañamiento, alevosía, por la utilización de un medio idóneo para crear un peligro común y con el concurso premeditado de tres personas, en concurso ideal con homicidio calificado en grado de tentativa y provación ilegal de la libertad agravada en concurso real y en grado de coautores”.

El martes pasado fueron los alegatos de apertura, ocasión en la que la Fiscalía reconstruyó los hechos acontecidos en el penal, que provocaron las muertes por el incendio intencional de la celda que ocupaban Justo Silva, de 53 años; Marcelo Beber, de 31 ; Brian Alarcón, de 21; Vladimir Casco, de 20; Marcelo Rodríguez, de 30; y Francisco Alberto Coronel, de 19, mientras que Emilio Oscar Suárez, de 27 años, sobrevivió al hecho aunque con graves secuelas en sus piernas.

El fiscal que actúa en la causa es Eduardo Guaita, mientras que Carlos Reggiardo y Diego Calderón son los abogados querellantes en representación de los familiares de las víctimas. Los imputados Paniagua y Framulari son asistidos por las defensoras oficiales Susana Alarcón y Agustina Quatrocchi mientras que el abogado Francisco Barbagelata representa al imputado Chamorro.

¿Qué llevó Framulari, Chamorro y Paniagua a perpetrar aquel plan criminal con sus compañeros de penal?

Algunas versiones hablan de una disputa por el ingreso de drogas a la cárcel. Justo Silva, de 53 años, el mayor de los fallecidos, mostraba con frecuencia su oposición a la circulación de estupefacientes entre los internos. Y eso generó frecuentes roces y un enfrentamiento que derivó en la mayor masacre en una cárcel de Entre Ríos.

Como fuere, una vez que concluya el juicio penal, y se conozcan las sentencias condenatorias, el actor civil, el abogado Mariano Navarro, anticipó a Entre Ríos Ahora que demandará un resarcimiento para la familia de las víctimas. «La demanda es contra el Estado entrerriano -contó el representante legal-. La demanda ya está armada, pero la vamos a presentar no bien salga la sentencia del juicio».

La madre de uno de los hijos de Vladimir Casco, una de las seis víctimas de la masacre de la cárcel de Victoria, inició la demanda civil.

 

 

 

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora