Desde hace 10 días, los empleados de la tarjeta de la provincia transitan un tembladeral. A través de una publicación de El Diario de Paraná supieron de un proyecto que apunta a crear un consorcio público-privado que pueda resolver la crisis que atraviesa la empresa estatal y no se percibía como tal.
Por el contrario, en diciembre de 2015 y en el marco de la celebración de ocho años de gestión al frente de Sidecreer, desde la estructura que dirigía entonces Juan José Canosa se destacaba que “el balance económico muestra un crecimiento exponencial del patrimonio neto de la empresa estatal, destacando que al finalizar esta gestión, se ha aumentado un 589,57%”.
Es más, se decía desde la página de Sidecreer, que “todos los números de los balances de estos 8 años han arrojado ganancias netas y un superávit que le ha permitido ir creciendo en ventas, comercios y número de socios sin financiamiento externo”.
En el mismo texto, se comparan los tiempos y se destacan los logros: “En el año 2008 los socios de Sidecreer podían optar por comprar en 8.035 comercios en el territorio provincial, en la actualidad son 9.457 las opciones para los usuarios de la tarjeta”. El crecimiento también se cuantificaba en socios: “en el año 2008, el total de socios era de 117.558, totalizando al cierre de este ejercicio 182.758 usuarios”.
Diez meses después, la realidad tiene otra cara: la empresa estatal expone su crisis y, en otras palabras, se anuncia una privatización. En la nota publicada por El Diario se dice que hoy existen 80 mil tarjetas, aunque las activas llegan a 45 mil.
Algo pasó o algo se contó mal: pero en diez meses cambió todo.
El drama mayor, se detalla, es el descalce entre los tiempos en que la tarjeta cobra y en los que debe pagar. Eso, dicen los empleados, no es nuevo.
A la poca espalda financiera de la empresa estatal, expresa la nota de El Diario, hay que sumarle cerca de 30 millones de pesos mensuales que se canalizan por la tarjeta provincial de asignaciones sociales, provinciales y nacionales. Los pagos del Estado se demoran demasiado, pero Sidecreer debe pagar a los 11 mil comercios adheridos a los 28 días, lo que le produce un problema financiero importante que obliga a buscar alternativas caras. En ese marco, la solución que asoma es buscar un socio. Alguien que se sume al negocio de financiar a los empleados del Estado y cobrar, directamente, por recibo de sueldo.
QUÉ DICEN.
Horacio Bechara es el actual presidente de Sidecreer. El nombre del titular de la tarjeta provincial tuvo trascendencia periodística hace nada más que tres semanas cuando se conoció el emprendimiento turístico que florecía en Concordia y tenía como responsables a Bechara, la esposa del exministro Pedro Báez, Sofia Riquelme, y también la esposa de el presidente de la Corporación para el Desarrollo de Salto Grande (CODESAL), José Carlos Ostrovsky: María Anastasia Keuchguerian.
Todos juntos, en equipo, conformaron Innova Turismo S.R.L., la firma que dirige el coqueto hotel Amanzi Termal, ubicado en la avenida Monseñor Rösch 4711, en Villa Zorraquín, en Concordia.
No fue Bechara, sin embargo, el encargado de hacer las declaraciones en El Diario y tampoco quien intentó explicarle a los trabajadores lo que estaba pasando. Ese fue el presidente del Instituto del Seguro de Entre Ríos (con 67% de las acciones de la tarjeta), Juan Domingo Orabona.
Ante la inquietud de los empleados, Orabona confirmó el proyecto y si bien anunció que una parte de los empleados resultaría absorbido por la nueva sociedad, ya dejó en punto suspensivos la incertidumbre para todos. Algunos podrán ser redistribuidos, anunció el directivo, pero no descartó “algunos telegramas”, lo que encendió el nerviosismo de los trabajadores. En ese marco se entiende el proyecto de resolución impulsado por el diputado provincial por el Frente para la Victoria, Daniel Ruberto de que, en caso de concretarse la “fusión, asociación o venta” de la tarjeta Sidecreer, “se garantice la continuidad laboral, con todos sus derechos y antigüedad, de todos los trabajadores”.
Un mes antes, el senador provincial por Cambiemos, Raymundo Kisser, había realizado un pedido de informe por “mal manejo y abusos”. La verdad es que las cosas cambiaron en muy poco tiempo y no se lee una repuesta concreta al respecto.
En diciembre de 2015 se hablaba de 182.758 usuarios de la tarjeta. Hoy se habla de 45 mil usuarios activos. En diciembre de 2015 se decía que los balances arrojaban ganancias netas y superávit que permitía crecimiento sin financiamiento externo. Ahora se dice que la tarjeta zozobra porque toma préstamos al 42%.
Algo pasó. Algo pasa.
De la Redacción de entre Ríos Ahora.