Es mediamañana de lunes y el pasillo, extrañamente, está vacío.
Una hilera de bancos de madera, ventanales amplios por los que ingresa la pálida luz de esta mañana nublada.
No hay nadie.
Una escalera que baja, puertas cerradas, silencio.
Las paredes, descascaradas.
Carteles pasados de moda.
Así se ve este costado del Hospital San Martín, el mayor centro asistencial público de la provincia.
Cruzando ese pasillo, está el servicio de Guardia, y ahí es un murmullo constante, gente que entra, gente que sale, los rotos, los heridos, los moribundos, los dolidos.
Pero acá, no.
El pasillo está recubierto por un silencio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.