Las palomas anidan en los edificios más añosos de la ciudad. La Catedral Nuestra Señora del Rosario, por ejemplo. En su vuelo rasante, las palomas buscan otros lugares adonde asentarse. Y la estatua de San Martín, en el centro de la Plaza, les cabe perfecto. San Martín, altivo, montado en su caballo, señalando el horizonte, es sobrevolado por las aves.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.