El suspendido juez de Paz de Gualeguay, Sebastián Salem, sometido a jury de enjuiciamiento por los cargos de violencia de género y maltrato laboral formulado por dos empleadas, negó hoy, ante el tribunal que lo juzga, todos los cargos, y afirmó: «Tengo la conciencia tranquila».

La denuncia se originó a partir de las presentaciones efectuadas por la secretaria Deolinda Sabina Almada y por la escribiente María Carolina Almeida, ambas de dicho Juzgado de Paz, contra su titular, por violencia de género laboral, maltrato y hostigamiento.

«No hice nada de lo que se me denuncia. Me dediqué a hacer lo que me gustaba, a tratar de dar solución a la gente. Reconozco que pude haber cometido errores, pero hasta llegué a pensar si no eran provocado -afirmó en su alegato Salem este miércoles, al término de la declaración de todos los testigos citados-. .Gualeguay es una comunidad muy chica, nos están mirando todos. Me angustia la situación pero tengo la conciencia tranquila, no obré mal, y creo que lo avalaron 18 abogados de la matrícula».

Salem es juzgado por un tribunal que preside el senador provincial Armando Luis Gay (PJ), y que integran los jueces Daniel Omar Carubia, Marcela Davite, y Guillermo Bonabotta, el diputado provincial Gustavo Zavallo, y los representantes del Colegio de la Abogacía, Luis María Campos y Sonia Rondoni. Por el Ministerio Público Fiscal participa el Procurador General Jorge Amilcar García y el defensor técnico de Salem será el abogado Ladislao Uzín Olleros.
  
El Jurado de Enjuiciamiento resolvió ordenar la formación de causa a la denuncia presentada por el STJ contra Salem, quien el 11 de noviembre de 2020, luego de ser notificado, quedó suspendido en sus funciones hasta el veredicto definitivo.  Al inicio del jury, el Procurador García adoptó la misma posición que en el proceso al juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Rossi, luego absuelto de los cargos en su contra: no acusó.
 

Salem inició su alegato refiriéndose a sus denunciantes como «ellas», y sólo al concluir su exposición las nombró por sus apellidos. Según su versión, el malestar de su secretaria Almada era porque no se «adaptaba a Gualeguay», y negó que hubiera maltrato. «Me decía que no, que no se adoptaba, que estaba aburrida», contó. Entonces, relató, Almada «comenzó a pedir licencia» en febrero de 2020 hasta mayo de ese año. Se trató, dijo, de licencias psiquiátricas «emitidas por un galeno que después constatamos que no estaba habilitado. Realmente nos llamó la atención. Esto fue en febrero. En marzo pide un traslado a mi espaldas, y lo acepté al traslado. Se lo otorgué. Pero la jueza de Paz de Gualeguaychú no la aceptó. Desconozco los motivos».

Dijo que en abril de 2020 desde el Superior Tribunal de Justicia (STJ) le piden un informe de desempeño laboral de su secretaria y lo que puso fue negativo. Y lo hizo «por las razones que más de un testigo declaró: no atendía al público, lo hacía de mala manera. Cuando la gente llegaba al Juzgado, se daba vuelta y se ponía a hablar con su teléfono celular. Yo le decía: ´Pero Sabina, atendé al público´. Y me contestaba: ´No, estoy ocupada, atendé vos´. Por ese informe negativo que yo redacté me presentó la denuncia por violencia laboral», señaló.

La relación entre jueza y secretaria se fue tensando. Cuando volvió de la licencia por enfermedad la situación, contó Salem, se puso peor. «A partir de ese momento, los pequeños errores que uno pude cometer, involuntarios, me lo atribuían a mí. Era realmente molesto vivir en esa discordia, de cuestionarme criterios en trámites contenciosos que son sencillos. Pero tampoco son un corte y pegue como expresaron los testigos de la acusación, porque me ofenden. Me ofenden a mí y a los 58 jueces de la provincia. Somos jueces letrados. Me ofenden esas cosas. Es como que no servimos para nada, que copiamos y pegamos. Somos competentes en amparos. Me confirmaron todas mis sentencias, no tengo denuncias. Con todo esto, yo la estoy pasando mal. Yo también he ido a psicólogo y psiquiatra. Honestamente, me siento muy vapuleado», relató.

Y confió en el resultado positivo del jury. «Espero honestamente regresar al lugar donde el pueblo de Gualeguay me eligió».

Negó que haya ejercido violencia de género contra Carolina Almeida: dijo que sólo le llamó la atención por haber confeccionado mal un trámite para una familia que debía viajar a Brasil. «Jamás la agravié ni la insulté. No apliqué un solo apercibimiento en los diez años que llevo como juez», se defendió.

Le molestó una declaración de uno de los testigos de la acusación que refirió que el juez le pedía al ordenanza que le comprara anticonceptivos. «Una pavada. De eso se ocupa mi mujer», arguyó.

Concluidos los testimonios de los testigos, este jueves, desde las 9, serán los alegatos de clausura en el jury al juez de Paz de Gualeguay.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora

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