Mabel Bin de Mihura vive en Nogoya, tiene 82 años y una familia peculiar: en la última Semana Santa fue invitada por una hermana y una sobrina a pasar unos días en Paraná. La mujer viajó, confiada. Pero aquel viaje se convirtió rápidamente en un calvario.
La visita a sus parientes se convirtió en un cautiverio: Mabel Bin de Mihura permaneció retenida por sus parientes durante tres meses y cuatro días. De algún modo, se hizo a la tarea de contar cada día, con sus lunas y sus soles. La liberación recién ocurrió en agosto de 2017, y por intervención de la Justicia.
Mientras duró aquella larga visita, sus bienes empezaron a ser enajenados, con la intervención de un abogado. En Nogoyá se hizo correr la versión de que estaba enfermera, y en el ínterin, fueron por sus documentos, por sus papeles, por todo aquello que permitiese comerciar lo que la mujer tenía como propio. Se había casado, no tuvo hijos y había enviudado.
El cautiverio sólo acabó cuando la mujer pudo sortear el encierro, tomar un teléfono y avisar a una amiga de lo que le sucedía en Paraná. Esa amiga se comunicó con el fiscal Federico Uriburu, de la Unidad Fiscal de Nogoyá, y así Mabel Bin de Mihura pudo ser liberada. Se abrió una investigación penal preparatoria, caratulada «Bin María Elida y Montiel Elida Lorena s/ Privación ilegítima de la Libertad», que este año será elevada a juicio, con la imputación del delito a la hermana y a la sobrina de Mabel Bin de Mihura.
En el tiempo que la mujer estuvo «enferma» en su cautiverio paranaense sacaron de su propiedad dos vehículos: un automóvil marca Volkswagen Cross Fox dominio colocado MAE 525, y una camioneta marca Nissan modelo Frontier dominio FZO 749. El 8 de noviembre, el juez de Transición y Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, firmó la orden de secuestro de esos dos vehículos. «En caso de ser habidos los vehículos indicados se hará entrega de los mismos a su titular registral Rosa Mabel Bin en carácter de depositaria judicial, bajo actas de estilo», dice la resolución que firmó el magistrado.
Fue a pedido del fiscal Uriburu, quien justificó la solicitud frente a «la necesidad de que la víctima recupere sus bienes, y a los fines de evitar que los mismos sean transmitidos a título oneroso por las denunciadas, a terceras personas, quienes a su vez podrían trasnmitirla y perderse el objeto de la presente» investigación.
El domingo 28, Uriburu, y aún cuando no estaba en turno, recibió en su teléfono celular un mensaje: le avisaban que esos vehículos, cuya orden de secuestro había ordenado la Justicia en noviembre, podrían ubicarse en un domicilio de Paraná. Más precisamente, en Avenida Laurencena al 200, propiedad de Lorena Montiel, la sobrina denunciada. Hasta allí se dirigió una comisión policial que, efectivamente, dio con la camioneta Nissan Frontier; pero no con el Cross Fox, que fue encontrado en un predio de Avenida de las Américas.
Ambos vehículos llegaron el domingo por la noche a Nogoyá, y este lunes ya volvieron a poder de su dueña.
De ese modo, se cierra parte del círculo que se abrió con aquel viaje de invitación de la familia a Paraná, el secuestro durante más de tres meses, y la liberación, el primer viernes de agosto pasado. Lo que sigue es el juicio al que serán sometidas la hermana y la sobrina de Mabel Bin de Mihura por haberla retenida en contra de su voluntad, y mientras tanto, enajenar sus bienes.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.