La administración del intendente Adán Bahl impulsa la concesión, por un plazo de 30 años, de un sector del complejo Toma Vieja para que se pueda instalar allí la fábrica de gin “Heredero”, emprendimiento regenteado por la firma Mesopotamian Drinks SA. “El uso del inmueble determinado se destinará para la instalación de una destilería artesanal para producir gin, ron añejo, vodka, etcétera, y contará con un salón de exposición y visitadas guiadas incorporándose al circuito turístico de la ciudad de Paraná”, dice el texto de la iniciativa que ya cuenta con dictamen favorable de la Comisión de Legislación del Concejo, firmado por los concejales del oficialismo.

Tomas Jaime, creador de la marca «Heredero», contó a Entre Ríos Ahora que esperan con expectacíón que el proyecto pueda ser aprobado en el Concejo Deliberante, y arrancar con una inversión de envergadura que permitirá «potenciar el sector de la Toma Vieja. No sólo queremos instalar ahí la destilería, sino que además queremos brindar otros servicios, como visitadas guiadas, como ocurre con las bodegas de vino, y de ese modo apostar al turismo. Si el proyecto avanza va a ser positivo para la marca pero también para el turismo de la ciudad».

Jaime es paceño y en 2015 arrancó con una receta de un gin único con piel de mandarina. Desde hace 2 años instaló la fábrica en Paraná, en calle Ambrosetti, y ahora la marca quiere dar el salto: instalarse en las viejas y abandonadas instalaciones de lo que fue Sr Anderson y poner a andar una destilería que no sólo producirá gin, sino también ron, whisky y vodka. «Será la primera destilería que tendrá visitas guiadas, como en las bodegas», anuncia.

Actualmente tienen una producción de 15 mil botellas al mes que se distribuyen en todo el país, y para 2021 tienen previsto abrirse al mercado externo. «´Heredero´es una marca que se crea para representar a la Mesopotamia. La producción es totalmente local. Es el único gin con notas de mandarina, con un 80% de productos naturales en su elaboración», destaca.

Desde hace cinco meses vienen evaluando el terreno y el estado de la construcción de la vieja planta de agua. Ya han hecho los primeros estudios de factibilidad, y asegura que la inversión será importante: hay que estabilizar la barranca, reconstruir el edificio y después montar la destilería. «Es el momento de intervenir ese lugar, para que no se termine derrumbando y perdiéndose todo. Ojalá funcione este proyecto», sostiene.

Otra concesión

La destilería funcionará en el histórico edificio donde en 2003 abrió el comedor Sr Anderson, del complejo Budha, el boliche que fue furor hasta 2005 y que el empresario de la construcción Miguel Marizza abrió luego de conseguir la concesión del predio durante un plazo de 10 años, hasta 2013. No duró tanto. El sector del complejo Toma Vieja cedido por el Estado, durante la primera administración de Sergio Varisco, a un grupo privado, abarcó las instalaciones de la primera planta potabilizadora de agua de la ciudad, que funcionó desde 1890 hasta fines de la década de 1930. Budha, específicamente, ocupó el sótano donde funcionó la cisterna del antiguo mecanismo de bombeo de agua. En tanto, Sr Anderson ocupó la vieja casona donde funcionó la sala de máquina a vapor del sistema.

Lo que iba a durar una década se extendió apenas por tres años. El 30 de marzo de 2007, la Municipalidad de Paraná clausuró definitivamente Budha debido a los  continuos deslizamientos en la barranca. Antes, en 2006, se había clausurado Sr. Anderson. Así terminó el ambicioso proyecto empresarial que Marizza y sus socios habían montado en un espacio público, el Camping Toma Vieja. En mayo de 2003, la Municipalidad de Paraná concesionó por diez años el uso de las instalaciones en desuso del primer sistema de agua de la ciudad, ubicadas en el predio del camping de la Toma Vieja. El permiso fue para una Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada -en ese momento- por dos grupos económicos de Buenos Aires y uno de Paraná para montar un proyecto que abarcaba tres obras: la construcción de un boliche bailable sobre lo que fue la cisterna, la edificación de un restorán en la vieja casona donde funcionaban las máquinas a vapor del mecanismo que proveyó agua a Paraná a partir de la última década del 1800 y el acondicionamiento de piletones para hacer espectáculos masivos.

La concesión fue otorgada por 10 años —es decir hasta el 21 de mayo de 2013— a cambio de un canon que arrancó siendo de $570 por mes y que terminó siendo de $670, y de las obras que se hicieran en las instalaciones. La nueva infraestructura pasaría, una vez concluida la concesión, al patrimonio municipal. Esas fueron las condiciones acordadas por el gobierno de Sergio Varisco con la UTE -integrada por el grupo económico local MAC SA, cuyo referente era el empresario Miguel Marizza, y por dos firmas de Buenos Aires: FACO SA y M. Aramburo-, que anunció en 2003 una inversión de $400.000.

Como contó Entre Ríos Ahora, una vez remozados los viejos edificios, sumidos en el abandono durante décadas, se pusieron en marcha el boliche, Budha, y el resto bar Sr Adnerson (en alusión al inglés James Anderson, impulsor del mecanismo que abasteció con agua corriente a Paraná entre 1890 y 1939). De los trabajos en los piletones, que estaba previsto en el proyecto que concluyeran en abril del 2004, y que consistían en “refuncionalizar dos de las antiguas piletas de sedimentación” con el fin de poder organizar macro eventos con la posibilidad de instalar carpas que alberguen a 10 mil personas”, no se supo nada.

Entre 2004 y 2005, el funcionamiento de la disco y el bar generó un boom comercial en la Toma Vieja, pero a partir de 2006 el éxito empezó a decaer. En ese año, las abundantes lluvias encendieron el alerta por los deslizamientos del terreno en las barrancas aledañas a la sala de máquinas (Anderson) y el local fue clausurado por la Municipalidad. Por ese motivo, el concesionario restituyó el local a la comuna, y desde entonces el lugar permaneció cerrado.

Mientras tanto, se sucedieron una serie de relanzamientos de discos (en la ex Budha) hasta llegar a la última denominación, Pueblo Zen. Hasta que cerró por completo.

Los edificios en cuestión son parte del patrimonio histórico de Paraná. Llevan más de cien años en pie y guardan el valioso pasado referido al primer sistema de provisión de agua corriente de la ciudad. Así es que fueron incluidos como bienes de interés histórico en el Catálogo Oficial, instaurado por la ordenanza 7.305, sancionada en 1990, que crea el Programa de Preservación Cultural y Ambiental de la ciudad con el fin de conservar bienes muebles, inmuebles y zonas con valor o significación cultural.

Ahora, la administración Bahl propone que los fabricantes del gin Heredero asuman la obligación de “llevar adelante las mejoras, arreglos y acondicionamiento del inmueble (fábrica), como los trabajos del exterior y contención de barranca que ha expresado en su proyecto, todo ello teniendo en cuenta que es un bien inmueble protegido por la normativa de preservación en forma total. En consecuencia, las distintas intervenciones que se realicen deberán someterse a análisis de la Comisión de Preservación del Patrimonio Urbano”, según el proyecto cuyo adelanto publicó el sitio Análisis Digital.

Heredero Toma Vieja by Entre Ríos Ahora

La concesión se establece por un plazo de 30 años. La iniciativa que deberá aprobar el Concejo dice que se faculta al Ejecutivo a “determinar el canon de concesión a partir de comenzado el tercer año de la concesión. Los dos primeros años, atento a las inversiones que el concesionario deberá levar adelante en los arreglos, reparaciones y puesta en valor del inmueble, sus alrededores y la contención de la barranca, contarán con un plazo de gracia”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora