Todo ha ido cambiando. Las amables lomadas de la zona de la Toma Vieja, el refugio apacible que muchos paraenses habían encontrado, se viene transformando urbanísticamente. El monte chato que caracterizaba a esta zona, rodeada de campos sembrados, va dando paso a otra greografía: complejos habitaciones que le ganan al verde, y reemplazan el camino yermo por el asfalto. El sector que más rápidamente se transforma es el que está a la vereda de Avenida López Jordán. Las urbanizaciones llegan hasta el límite del río, sobre calle Augusto Nux.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.