El papa Francisco expresó su «dolor y vergüenza» por los abusos a menores de parte sacerdotes y pidió «que no se vuelva a repetir el daño irreparable» que provocaron miembros de la Iglesia a niños, durante uno de los mensajes que más polémica creó en su visita a Chile, que empezó este lunes y concluirá el jueves.

«Aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia», planteó el pontífice en el primer discurso de su gira, en el Palacio de la Moneda, ante la presidenta Michelle Bachelet y el mandatario electo Sebastián Piñera, que asumirá el próximo 11 de marzo.

El Papa aseguró sobre los abusos a menores denunciados en Chile: «Me quiero unir a mis hermanos en el Episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir», tras lo cual fue aplaudido por las 700 personas que lo escuchaban.

Pero las palabras del papa Jorge Bergoglio no han sido suficientes para las propias víctimas de abuso. Uno de los primeros que habló es Juan Carlos Cruz, periodista, víctima de los abusos del sacerdote Fernando Karadima, que escribió en su cuenta de Twitter: «El Papa pide perdón x abusos en la Moneda. Otro buen titular que saca aplauso y ahí se queda. Otro titular barato. Basta de perdones y más acciones. Los obispos encubridores ahí siguen. Palabras vacías. Dolor y vergüenza es lo que sienten las víctimas.»

Dos horas después, en la Misa por la Paz, el primer acto masivo del Pontífice en Chile, ante unas 400.000 personas, estaba sentado en primera fila frente al Papa Juan Barros, obispo de la ciudad de Osorno y el religioso más cuestionado del país por sus vínculos con un sacerdote sancionado por pedofilia.

Juan Barros, obispo de la ciudad de Osorno, es el sacerdote en ejercicio más cuestionado en los últimos años en Chile. Su vínculo estrecho con Fernando Karadima, un cura castigado de por vida por casos de pedofilia destapados en el 2010, han originado que movimientos de base de la Iglesia Católica exijan su renuncia. Lo acusan de encubrir a Karadima y llegaron hasta Santiago para protestar al paso del Papa Francisco.

 

Pero Cruz no ha sido el único que salió a criticar el tibio pedido de perdón por los abusos que ha hecho el Pontífice.

«Pedir perdón sin echar a los pedófilos y a los obispos que encubren no sirve. Es un acto demagógico o populista», dijo el exsacerdote José Francisco Dumoulin, denunciante de los curas abusadores Justo José Ilarraz y Marcelino Ricardo Moya, el primero a punto de ir a juicio en abril próximo; el segundo, con una causa penal que busca trabar con un planteo por prescripción.

Una mirada similar tiene el abogado Carlos Lombardi, integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, que antes de la visita de Francisco presentó en el Consulado General de Chile en Mendoza una “protesta”.

 

«Era obvio que debía pedir perdón porque lo que ha hecho la Iglesia chilena en materia de abuso sexual es alevoso, una vergüenza», reflexionó para Entre Ríos Ahora.

«Pide perdón pero no recibe a las víctimas de los abusos.  Él es responsable de mantener el sistema de encubrimiento que protege a los abusadores -señaló Lombardi-. Incluso, aquellos abusadores «sancionados», se los envía a un retiro espiritual, a rezar, por ejemplo, el caso del chileno Karadima».

«Usted habla lindo, siempre lo admiré, y creo es su mayor talento. Pero con las palabras no se sanan las heridas y mucho menos se corrigen las conductas de los sacerdotes abusadores y de los obispos encubridores», escribió en su muro de Facebook Monique Deppen, una feligresa de Paraná que ha protestado más de un vez ante el arzobispo Juan Alberto Puiggari por los casos de abuso y encubrimiento. «Le agradezco el gesto, pero no alcanza, no se olvide que ud. pidió tolerancia cero, y por esta diócesis todavía no se ven los resultados!!!», agregó.

Fabián Schunk, integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico y uno de las víctimas del cura Ilarraz, señaló respecto de los dichos de Francisco: «Esto sigue demostrando que la Iglesia no ha cambiado absolutamente en nada respecto a esta materia. Lo de hoy fue borrar con el codo lo escrito con la mano. Esto nos explica a las claras el motivo por el cual sacerdotes como Grassi, Von Bernich, Gaviria, Ilarraz y el resto de los curas denunciados en Argentina, Chile y el resto de Sudamérica, siguen siendo sacerdotes. Esto explica claramente por qué las investigaciones llevadas adelante por la Iglesia tardan tantos años en resolverse: es porque son jueces y parte. El pedido de perdón es un pedido fariseo. ´Hagan lo que yo les digo pero no lo que hago´. Basta de palabras, ya es hora de gestos».

 

 
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.