Por Pablo Amarillo (*)

 

Un integrante actual de la conducción de la seccional Uruguay de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) en una nota a este medio intenta tergiversar el verdadero acuerdo paritario 2019, utilizando el conocido y viejo argumento de culpar a los otros, para ocultar sus responsabilidades, y en este caso lo hace contra quienes nos oponemos a la política del oficialismo.

Como miembros de la comisión directiva por la minoría en Agmer Uruguay, tenemos la obligación de refutar las aseveraciones erróneas (intencionales o no), para conocimiento de los lectores de este medio.

Para el escriba de marras, parece que el tiempo no pasa, y ni siquiera puede ver que las paritarias de 2018 y su contexto no son las mismas que las de 2019. Su esquematismo es tal que no puede analizar el devenir de la crisis política, social y económica que vivimos y que hace que las cosas cambien. Y que una cláusula gatillo “a secas” no significa lo mismo, en contextos diferentes. Aclaramos, de todos modos, que nuestra propuesta siempre fue de ajuste mensual acumulativo y no trimestral.

Para que quede claro: todos los gobiernos provinciales en 2018 no querían aceptar en paritarias ninguna cláusula gatillo, porque querían que perdiéramos poder adquisitivo, con la inflación que se avecinaba. Omite quien critica a la oposición, que en Neuquén se arrancó la cláusula gatillo con paros progresivos, movilizaciones multitudinarias, cortes de ruta y asambleas de miles que debatían la continuidad de la lucha. Y que al mismo tiempo pedían aumento en el básico.

Con total desparpajo admite que en “Entre Ríos tuvimos el año pasado pérdida salarial, y que se hubiese obtenido mejor aumento si hubiésemos tenido gatillo”.
¡¡Pero no dice que él mismo como parte de la directiva militó para que se aprobara lo que el gobierno propuso, sin cláusula gatillo!! ¿De qué habla entonces? Perdimos el 14,6% en 2018 mientras los docentes de Neuquén fueron uno de los pocos sectores de trabajadores que logró cláusula gatillo en 2018.

En 2019, el gobierno nacional y los gobernadores, que lograron un retroceso salarial del 15 al 20% en los salarios de los trabajadores sólo en 2018, son los que plantean consolidar esta pérdida, proponiendo solamente cláusulas de revisión y/o gatillo para que sigamos perdiendo salario y no recuperemos lo perdido en años anteriores.

El problema que enfrentamos, es que la propia conducción de Agmer, en línea con el gobierno de Bordet, no propuso ningún aumento al básico en la paritaria y se negó a convocar a los docentes para que de conjunto definiéramos el pedido salarial, pero sí propuso de manera inconsulta y unilateral una cláusula gatillo que ni siquiera es mensual, en línea con la política del gobierno.

Paritaria 2019 y cómo se quieren dibujar los números.

1° Semestre:

Se paga un 22%, donde un 11% se computa como lo adeudado del 2018, por lo tanto nos queda para el semestre un aumento del 11% (ya superado por la inflación del primer trimestre).

Cuando se conozca la inflación del Indec del semestre, en agosto nos pagan la diferencia que haya, restando ese 11% que nos correspondió en el semestre. Pero atención: el porcentaje que nos toque de reajuste por inflación no es la inflación acumulada del semestre, sino un porcentaje inferior. Y para colmo el ajuste se hace sobre los salarios de diciembre de 2018.

2° Semestre:

Cobraremos en forma automática los reajustes trimestralmente de acuerdo a la inflación del Indec en Octubre y Enero 2020. Con las mismas características del primer semestre. No es acumulable y en el acta paritaria dice “todo en base a haberes diciembre 2018”.

Como vemos con los números concretos, no solo corremos de atrás a la inflación, sino que nunca la alcanzamos.

No hay recomposición salarial. Es aumento cero.

Por eso, con este acuerdo salarial un maestro/a durante prácticamente toda su carrera, cobrará un salario por debajo de la línea de pobreza, hoy en $ 28.000.

Basta ver los simuladores.

No es complejo sacar conclusiones sobre la paritaria: cerró sin aumento salarial, con la gatillo que propuso el gobierno, con docentes bajo la línea de pobreza y con el aval “coherente” del que escribió el artículo el 27/4.

 

 

(*) Texto enviado por Pablo Amarillo en representación de la Agrupación Carlos Fuentealba, minoría en la conducción de la seccional Uruguay de Agmer. Es en respuesta a una columna del exsecretario general de Agmer Uruguay Gustavo Blanca, publicada en Entre Ríos Ahora.

 

 

Foto: Gentileza La Lucha en la Calle