Pablo Méndez, vicario de la Parroquia Inmaculada Concepción,de Federación, fue denunciado por violencia de género.
La denuncia la formuló Natalia Soledad Guirao, periodista de la FM Omega, de esa ciudad, y a la vez mamá de un niño que asiste a la Escuela Privada N° 121 Corazón Inmaculado de María, donde el sacerdote es asesor.
La denuncia contra el cura se hizo primero en sede policial, y después fue derivada al Juzgado Civil y Comercial, a cargo de Alejandro Daniel Rodríguez.
No obstante, el magistrado entendió que la denuncia no encuadraba en violencia de género, aunque dio intervencion al fiscal Francisco Rafael Ledesma.
La noticia la dio a conocer la propia radio FM Omega, que indicó que Natalia Soledad Guirado «denunció en sede policial al padre Pablo por violencia de género laboral institucional», y reproducida por El Federaense.
La comunicadora fue increpada dentro de la secretaría Parroquia de Federación cuando fue a realizar un trámite relacionado a su hijo. El relato que publicó la radio en su sitio web detalla que fue la segunda vez que el sacerdote matenía un diálogo hostil con la mujer: la primera vez había sido el lunes 12, en el acto de colación de su hijo, en la Escuela Nº121.
La radio recordó que tanto el sacerdote como Guirao «pertenecen a la misma comunidad educativa: la Escuela Nº 121 Corazón Inmaculado de María». Allí, el sacerdote es el asesor espiritual y cercano a la Asociación San Francisco de Sales. La periodista es madre de un alumno de la escuela y forma parte de un grupo de padres que desde hace un año y medio «viene luchando por transparentar la Asociación, que no muestra a sus integrantes papeles ni números del manejo económico», detalló la radio.
El sacerdote ofició una misa despedida el 24 de noviembre, en el patio de la improvisada Escuela 121 –el edificio original está clausurado por peligro de derrumbe–, que funciona adicionada al Instituto Sagrada Familia. En esa situación y ante la presencia de padres, alumnos y directivos, el sacerdote, en la homilía y la bendición final, se manifestó molesto con ese grupo de padres.
En la oportunidad, un periodista de FM Omega grabó los dichos del cura, y luego los pasó al aire.
Según la publicación de la radio, el lunes 12 en el acto de colación de la Escuela Nº 121, el sacerdote se hizo presente en el lugar y previo a dar la bendición, antes del comienzo del mismo, «arremete intempestivamente contra la periodista que se encontraba en calidad de ´mamá´ en uno de los momentos más importantes en la vida de una familia: el egreso de un hijo. Tal es así que la increpa, le recrimina sus dichos en la radio, la acusa de haberlo grabado y, casi sin mediar palabra se va, negándole la posibilidad a Guirado de responderle. Por lo mismo, el día martes 13 de diciembre, la profesional de la comunicación ejerce su derecho a réplica en su programa El Primero del Día, atendiendo que el disparador del descontento del sacerdote sucedió en el ámbito laboral de la mujer».
El miércoles 14, la mujer llegó a la secretaría parroquial por un trámite de su hijo, y estando allí tuvo un encontranozo con el sacerdote. “Por qué habló en la radio una vez más, por qué no lo hizo personalmente”, le reprochó el cura. A lo que la mujer respondió que ella había querido responderle mano a mano, el lunes, y él se había retirado sin brindarle esa posibilidad; por eso hizo uso de su lugar en la radio. “Pero usted está en mi territorio y me va a tener que escuchar”, le recriminó el hombre de la Iglesia.
La discusión siguió en aumento, los reproches del cura continuaron, y como la mujer eligió una postura firme, el sacerdote redobló sus cuestionamientos.
Buscando evitar que la discusión continúe, la periodista se retiró del lugar, aunque fue seguida de cerca por el sacerdote, quien le dijo, con tono amenazante:“Y guarda con decir mañana algo en la radio porque te mando una carta documento, no sabes con quién te metiste”.
El paso siguiente de la periodista fue hacerse presente en la Policía, y relató los hechos. Ante esa situación, el jefe departamental de Policía, Nelson Vega, la atiende y manda a una oficial a buscar el certificado a la iglesia para que la mujer no tenga que volver a exponerse a una situación similar.
Luego es atendida por la oficial de turno que le toma declaración y determina que debía realizarse una denuncia por violencia de género laboral institucional. La periodista, ademas, envió cartas relatando lo sucedido al obispo de Concordia, Luis Collazuol, y al cura párroco de Federación, Pascual Odiard.