La Constitución de Entre Ríos, reformada en 2008, prevé que hay cargos en el Estado que se pueden cubrir sólo con la convocatoria a concurso público.
Entre éstos, están los miembros del Tribunal de Cuentas de Entre Ríos, que, según la Constitución, se debe seguir. “El nombramiento del contador general, del tesorero general, de los miembros del Tribunal de Cuentas que no tengan otra forma prevista por esta Constitución y sus fiscales, se realizará previo concurso público que la ley ordenará conforme a los siguientes criterios rectores: un jurado de concurso será convocado en cada caso por el Poder Ejecutivo el que designará su representante y asegurará la participación igualitaria de los sectores académicos, de las asociaciones civiles cuyo objeto principal sea la promoción de la transparencia y la ética en la función pública, con personería jurídica y domicilio en la Provincia y de las entidades representativas de las profesiones exigidas. Sus integrantes se desempeñarán en forma honoraria y elegirán una terna que será elevada al Poder Ejecutivo para su designación con el acuerdo del Senado”.
Como ese apartado constitucional nunca se reglamentó, en 2014, cuando el exgobernador Sergio Urribarri decidió encontró con la renuncia del histórico Hugo Molina, convocó a su entonces ministro de Trabajo, Guillermo Smaldone, y le propuso ocupar la presidencia del Tribunal de Cuentas de Entre Ríos, función que mantuvo hasta el viernes, cuando renunció.
Cuando el pliego de Smaldone pasó por el Senado, las críticas fueron muchas y variadas
El radicalismo, el socialismo y el Frente Renovador coincidieron en que el nombramiento de Smaldone violaba aquel artículo de la Constitución al no atravesar la instancia del concurso público. También formuló reparos el exsenador nacional Augusto Alasino, que se sumó con su firma a una solicitud de “cordura e irrestricto respeto de la Constitución de Entre Ríos”.
Ajeno a todo eso, Urribarri siguió adelante, y ubicó a Smaldone al frente del Tribunal de Cuentas de Entre Ríos.
Así hasta hace una semana cuando Urribarri, ahroa legislador, decidió reglamentar aquel apartado constitucional, pero sin que ello supusiera poner en discusión la designación de Smaldone. La oposición rechazó ese camino y se originó una discusión política que derivó en la dimisión del funcionario.
El senador provincial Nicolás Mattiauda (Gualeguaychú) se introdujo en la discusión al sostener la necesidad de crear organismos de control a nivel municipal, y particularmente de la Municipalidad de Gualeguaychú. “En Gualeguaychú se volvió a poner en debate la Carta Orgánica. Y considero que estamos ante una oportunidad histórica de institucionalizar los núcleos básicos de coincidencias políticos, y plasmarlos en una Constitución local que direccione el funcionamiento de la ciudad”, dijo el legislador.
El tema ya había sido debatido con anterioridad, aunque el proyecto naufragó por decisión del exintendente y actual diputado provincial Juan José Bahillo. “Hoy –diferenció Mattiauda– se retoma el debate a propuesta del presidente municipal, Martín Piaggio, y desde la oposición entendemos que es una iniciativa acertada. Pero también consideramos que es una oportunidad histórica para plasmar una Carta Orgánica que no sólo sea propositiva sino además técnica. Es decir, que fije políticas públicas para mejorar la calidad de vida de la gente pero que además proporcione las herramientas necesarias para alcanzar la transparencia del Estado”.
Y en ese sentido, planteó la necesidad de incorporar la figura de un Órgano Auditor Externo municipal, con autonomía funcional, que asista técnicamente al Honorable Concejo Deliberante.
“Debe terminarse con la falta de transparencia del Estado en cualquiera de sus versiones, y también con los órganos de control que no controlan como corresponde, o cuyos titulares son designados prácticamente a dedo como ocurrió con el ahora expresidente del Tribunal de Cuentas de Entre Ríos Guillermo Smaldone”, recordó Mattiauda.
Puso de manifiesto la situación de Smaldone, quien “pasó a controlar y auditar todas las cuentas públicas, incluidas las del área que había conducido y las del Superior Tribunal de Justicia que su padre, Juan Ramón, integra como vocal”.
La observación de Mattiauda resulta clave: Smaldone estuvo de los dos lados del mostrador, y con familiares en ambos lugares.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.