El cura Justo José Ilarraz no sólo admitió, en una charla en Roma, ante el ahora cardenal Estanislao Karlic que fue responsable de los abusos a menores por los cuales lo investiga la Justicia, sino que también escribió eso mismo en una carta que entregó al Tribunal Diocesano de la Vicaría de Roma.

Justo Ilarraz.

Justo Ilarraz.

La carta, fechada el 18 de enero de 1997 y dirigida al tribunal eclesiástico del Vaticano, consta de dos hojas, y allí Ilarraz cuenta, a modo de confesión, que entre 1991 y 1993, “mantuvo relaciones abusivas” con los jóvenes que en esos años cursaban como internos la escuela secundaria en el Seminario Arquidiocesano de Paraná.

Así lo reveló el abogado Marcos Rodríguez Allende, que fue parte de la audiencia que se desarrolló hoy en el despacho de la jueza Susana María Paola Firpo, que tramita la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”. Allí, se hizo apertura del material enviado por el Vaticano, a través de la Cancillería, trámite del cual participó el defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón, y, el fiscal Gervasio Labriola, que suplió la ausencia de Juan Francisco Ramírez Montrull.

Jueza Paola Firpo.

Jueza Paola Firpo.

El tribunal romano tuvo conocimiento de que Ilarraz estaba siendo investigado por abusos en 1995, cuando Karlic comunicó al Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe que tenía denuncias contra un sacerdote bajo la especie de “crimine pessimo”, la traducción al latín de la pedofilia.

El 6 de septiembre de 1995, el por entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y exsecretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, acusó recibo de toda la documentación, y le avisó a Karlic que todo había sido derivado a la Congregación para el Clero.

Desde allí le piden a Karlic el 30 de septiembre de 1995 que continúe con la investigación y “procediera en todo conforme al Derecho Canónico vigente”. La última carta enviada por Karlic está fechada el 20 de septiembre de 2002. Recién el 20 de abril de 2012, Puiggari volvió a comunicarse con Roma, y el 18 de mayo el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Luis Ladaria, respondió que había recibido la carta. El arzobispo de Paraná volvió a escribirle el 12 de julio, y le contó todo lo que, en teoría, Roma ya sabía.

De modo que en Roma se abrió una investigación sobre Ilarraz, quien se había ido a radicar allá en 1993, autorizado por Karlic para cursar la Licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana.

En Roma, ordenaron realizarle una pericia psiquiátrica. El examen hecho al cura Ilarraz, a cargo del médico cirujano y psiquiatra forense Francesco Raimondo, tuvo lugar el 11 de abril de 1996, en Roma, y continuó los días 9 de mayo, 21 de mayo, 28 de mayo, 5 de junio, 24 de septiembre y 28 de noviembre.

Ahora, la jueza Firpo tiene en sus manos parte de la documentación que acumuló la causa en Roma contra Ilarraz. La principal, es esa carta firmada por el cura en la que, a juicio del querellante Rodríguez Allende, “hace una suerte de confesión, manifiesta su arrepentimiento. No lo dijo en esos términos, pero da a entender que mantuvo relaciones abusivas con los menores”.

En la carta, Ilarraz admite que “se siente sucio de espíritu”, y a juicio de Rodríguez Allende esa confesión viene a corroborar el testimonio de Karlic, que en la Justicia contó que Ilarraz aceptó los abusos y le pidió perdón.

En ese marco, la querella entiende que, luego de que se cumplan algunos trámites de prueba de rigor en los próximos días, la causa estará lista para ser enviada a juicio oral.

E Ilarraz, sentado en el banquillo de los acusados.

 

 
Ricardo Leguizamón

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

En Twitter: @ricleguizamon