La situación, alarmante, ocurre en la Escuela N° 146 Bases, de Estación Parera, a 8 kilómetros de Paraná: las aguas servidas inundan el patio donde los alumnos realizan sus clases de Educación Física y, lo más preocupante, la cocina, el lugar que se utiliza para preparar la merienda y el almuerzo de los estudiantes.

«Las escuelas no tienen lo mínimo necesario para funcionar correctamente. Ni en invierno, ni en verano, ni en ningún momento. Reclamamos en forma permanente por el déficit de infraestructura, que en el departamento Paraná se ha agravado muchísimo», dice Susana Cogno, secretaria general de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).

No sólo está el programa, dice la dirigente, sino también la ausencia de respuestas de las autoridades. «En el caso del gas, nosotros tenemos garrafas en el 99% de las escuelas, porque las conexiones de gas natural, incluso en las escuelas nuevas, no fueron completadas. Entonces, las cocinas funcionan con garrafas. Y eso hace que el peligro sea alarmante, porque tampoco tienen el mantenimiento».

Dice que en el actual esquema de funcionamiento escolar, «dar clases es un hecho heroico», por cuanto, asegura, «hay gran cantidad de escuelas con problemas de agua, lo que habla de problemas estructurales que tienen que ver con falta de políticas públicas».

Cogno detalla casos puntuales, y se detiene en la situación de la Escuela Bases, de Estación Parera, «que tiene aguas servidas en el comedor, en los baños, en los patios. Se han hecho innumerables reclamos en la Dirección Departamental (de Educación), que no han sido respondidos todavía», y apunta que «no se puede estar cocinando para dar de comer a los chicos donde hay aguas servidas».

Desde Agmer Paraná alertaron que esa institución escolar «lleva meses reclamando solución a los problemas de falta de agua potable y de derrames de aguas servidas y líquidos cloacales». En ese escenario, señalan, los trabajadores de la educación procuran a diaria hacer limpieza y desinfectar el lugar, «para morigerar los efectos nocivos de los líquidos que fluyen por los pisos de las galerías, el patio, la cocina. Ante la falta de agua potable, el comedor escolar no puede hacer más que brindar un ´menú alternativo´ que consiste en sánguches».


«Los hemos visitado varias veces y nos consta el esfuerzo que hacen docentes, no docentes, padres y estudiantes para mantener la escuela en las mejores condiciones posibles. Por más esfuerzo, en estas condiciones, lo posible es muy poco si el Estado no garantiza el presupuesto y las obras necesarias», apuntaron.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.