El cura Juan Diego Escobar Gaviria aguarda un fin de semana largo. Luego de las audiencias de martes, miércoles y jueves en el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay, se abrió un paréntesis hasta el lunes. Viernes, sábado y domingo sin actividad y vuelta a la cárcel, a la espera de los alegatos y, después, del dictamen final de la Justicia.
El lunes cada una de las partes, la fiscalía y la defensa, expondrán sus argumentos. Entonces, el lunes, escuchará el pedido de los acusadores, Dardo Tórtul y Federico Uriburu, que plantean insistir con el pedido de pena que se pidió en oportunidad de elevar la causa a juicio oral, el 26 de abril último: 25 años de prisión.
Luego, el tribunal –los jueces María Angélica Pibas, Darío Crespo y Javier Cadenaqs—sopesarán con el planteo de la defensa del cura, y emitirá un veredicto.
¿Pero cómo se llegó a esta instancia, con Escobar Gaviria en el centro de la acusación, tres días intensos de debates y producción de pruebas en el primer juicio oral a un miembro del clero en Entre Ríos por un caso de corrupción y abuso de menores?
La primera noticia de los abusos del cura Escobar Gaviria, en Lucas González, la tuvo Silvia Muñoz, mamá de R.
Fue el lunes 24 de octubre de 2016, cuando se sentó con su hijo, R, y hablaron de lo que le hacía el cura en la casa parroquial del pueblo.
“Que comenzó a contarle que el cura, cuando R se quedaba a dormir junto a otros chicos en la parroquia, a cierta hora de la noche, cuando ya todos dormían, lo llamaba y lo llevaba al dormitorio donde dormía él, cerraba la puerta del dormitorio y lo hacía acostarse en la cama de él, y el cura se acostaba a su lado y le tocaba sus partes íntimas, R lo menciona como las bolitas y el pitito, metiéndole la mano y tocándolo por debajo de las ropas”.
Así está contado en el expediente judicial que se inició tras la primera denuncia formulada contra el cura por la monja Marta Jacob, superiora general de la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, que dirigen el Colegio Castro Barros San José, de Lucas González, a donde R asiste a clases. Jacob estuvo acompañada por la apoderada legal del colegio, la monja Marta Carrizo.
Esa primera denuncia la recibió, el 28 de octubre de 2016, el defensor oficial de Nogoyá Oscar Rossi, y luego la investigación penal preparatoria quedó en manos de los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina.
Uriburu y Molina tramitaron la causa, recibieron testimonios, buscaron evidencias y armaron un expediente con cuatro denuncias contra el cura: tres por promoción a la corrupción, una por abuso sexual, todas agravadas por la condición de sacerdote de Escobar Gaviria.
Los certificados que avalan la no presentación en el juicio de la monja Marta Carrizo.
Marta Carrizo, la directora del Colegio Castro Barros San José, fue desde entonces, desde que lo denunció al cura, hostigada de forma permanente por un sector de Lucas González. “Le tiraban piedras al techo de la casa donde viven las monjas, y las insultaban en la calle”, cuenta Silvia Muñoz de lo que sobrevino los días posteriores a la primera denuncia judicial.
Dos meses después, la congregación decidió retirar a la monja Carrizo de Lucas González. En diciembre de 2016 fue llevada al Colegio Nuestra Señora de Itatí, de Resistencia, Chaco.
Allá está ahora.
La monja Carrizo había sido citada por la Fiscalía como testigo, pero no asistió a los debates en Gualeguay.
Según justificó la actual responsable del Colegio Castro Barros, la religiosa Nilda Salva, Carrizo atraviesa un cuadro de “bronquitis aguda” que le impidió viajar.
“En virtud de estos datos, y siendo de gran sensibilidad la causa que se ventila, se desea dejar asentadas estas circunstancias a fin de que sean puestas en conocimiento de las autoridades judiciales intervinientes”, dice el texto firmado por la apoderada del Colegio Castro Barros San José.
La ginecóloga Fedra Diacoluca examinó a la monja Carrizo en su lugar de residencia, Resistencia, Chaco, y diagnosticó que por su bronquitis aguda “se la medica y se le prescribe reposo absoluto”.
Otro miembro del clero, el párroco de Oro Verde, Alfredo Nicola, tampoco declaró, esta vez por la defensa de Escobar Gaviria, aunque en ese caso, no se dieron razones.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.