Se llama Plaza Alvear, pero algunos le dicen Plaza San Miguel, porque enfrente está la iglesia San Miguel. Está rodeada de museos, y ese verde está emplazado en una de las zonas históricas de Paraná: allí estuvo el barrio del Tambor, el barrio negro que hubo en los comienzos de la población. La plaza ha ido remodelándose –lo último, la recuperación del Monumento a la Madre, otra vez pintarrajeado–, pero por lo demás todo está bastante maltratado y dejado a la buena de Dios. Los bancos, rotos; los cestos de basura, descalabrados; la suciedad, por todos lados, y los faroles, casi a oscuras permanentemente. Ni siquiera se han podido recuperar los mástiles puestos sobre calle Buenos Aires durante la Cumbre del Mercosur, y que perdieron para siempre las banderas latinoamericanas que superion flamear allí. Quizá es momento de lanzar un plan de recuperación de plazas, o algo así, y poner en valor nuevamente este lugar muy visitado por los paranaenses.

De la Redacción de Entre Ríos.