Se llama A N E.
Esas son las iniciales de sus nombres y de su apellido.
Es uno de los cuatro denunciantes del cura Juan Diego Escobar Gaviria por los abusos sexuales que ahora investiga la Unidad Fiscal de Nogoyá.
La causa contra el sacerdote, que fue párroco de Lucas González, entre 2005 y finales de octubre de 2016, está a punto de ser elevada a juicio oral.
Escobar Gaviria está en prisión desde el viernes 21 de abril, según lo dispuso el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, que lo mandó a la Unidad Penal de Victoria para evitar que entorpezca la investigación penal preparatoria.
Tiene prisión preventiva por 20 días el cura. Pero podría ampliarse por más días.
El querellante Mariano Navarro y el fiscal Federico Uriburu pidieron que lo encierren.
Navarro hizo notar una serie de situaciones en las que el cura y sus adláteres han venido acosando y presionando a víctimas y denunciantes.
El más grave es la situación que debió soportar A N E.
Es una de los denunciantes del cura.
Vivió una situación compleja, turbadora, insólita.
Fue con una denuncia penal contra un miembro del círculo próximo al sacerdote, Augusto Barreto, lo nombra en la denuncia, quien, según señaló, lo amenazó y lo golpeó en la vía pública. Pero lo más insólito es que cuando intentó denunciar el hecho ante la Policía, encontró trabas y negativas.
La denuncia ya fue incorporada al legajo de Escobar Gaviria y no hace más que comprometer la situación judicial del cura.
Pero antes chocó con una pared.
A N E estaba en un local comercial de Lucas González, se presentó Barreto y “desde la calle comenzó a amenazarme e intentó agredirme, manifestando que dejara de molestar al cura Juan Diego, es decir, que esta persona intentó golpearme y me amenazó con el fin de que esta parte desistiera de las acciones judiciales contra el cura Escobar Gaviria”, dice el texto de la presentación que firmó el querellante Navarro.
Acto seguido, lo que hizo A N E fue dirigirse a la Policía para denunciar el hecho, “pero el funcionario policial que me recibió me trató de muy mala manera y se negó a recibir la exposición que esta parte intentaba realizar”. Ante la Justicia, mostró su temor de “ser golpeado por esta u otras personas, todas influenciadas por este cura abusador, y que buscan que esta parte desista de la acción penal promovida contra él por los hechos que fue víctima”.
Eso es lo que se llama revictimización.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.