Crucesitas Séptima es un poblado diminuto del departamento Nogoyá al que se llega por camino sin pavimentar.
El pueblo se hizo tristemente célebre por el caso de la familia Gill.
José Rubén Gill era cuidador de la estancia La Candelaria. Vivía con Norma Margarita Gallegos, su mujer, y sus cuatro hijos: María Ofelia de 12 años, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita, de 6 y Carlos Daniel, de 4.
El 12 de enero de 2002 fue el último día que los vecinos los vieron por la zona. Al día siguiente estuvieron los seis en un velatorio en Viale, a veinte kilómetros de Crucesitas Séptima.
Desde entonces nada se sabe de ellos.
Aunque nadie se preocupó por su paradero sino hasta tres meses después, y la Justicia nunca pudo dar con un dato cierto que permitiera determinar cuál fue el destino de los Gill.
Las lluvias de abril estuvieron a punto de perder del mapa de Entre Ríos a Crucesitas Séptima.
“Ante las inclemencias del tiempo en nuestro departamento hay zonas que han quedado prácticamente aisladas, por lo cual se ha gestionado un vehículo Unimog 4×4 y personal militar para asistir por motivos de salud o alimentos a los distintos distritos”.
El comunicado circuló en los últimos días en las redes sociales, difundido por el senador provincial Beltrán Lora (Cambiemos, Nogoyá), y da cuenta de un hecho novedoso que se transformó en corriente durante el mes de abril, probablemente el más llovedor de los últimos años.
Las poblaciones rurales, aisladas por caminos que quedaron destruidos e intransitables, no encontraban modo de “salir”. Entonces, apareció la “salvación” a partir del pedido al Ejército de vehículos todo terreno para auxiliar a los pobladores aislados.
El primero, se usó en el sur, para asistir a los vecinos de la ruta 51, cuya pavimentación anunció el exgobernador Sergio Urribarri en varias ocasiones, pero que nunca se concretó.
“El Ejército pondrá a disposición de la localidad de Irazusta un vehículo todo terreno, para romper el aislamiento por mal estado de ruta 51”, anunció el 15 de abril el senador Nicolás Mattiauda (Cambiemos) en su cuenta de Twitter. Fue el único modo de permitir a los pobladores trabajar o mantener la actividad en las escuelas.
Las lluvias y las inundaciones de abril provocaron la afectación de 750 mil hectáreas de soja y más de 41 mil hectáreas de maíz, según datos del Ministerio de la Producción de Entre Ríos.
De ese modo, el campo en entre Ríos tendrá pérdidas por $ 9.000 millones, de los cuales $ 6.000 millones corresponden a la soja.
Entre esas pérdidas no se contabiliza lo que ocurre con los caminos de tierra y ripio, que ahora están siendo sometidos a trabajos de reconstrucción por parte de la Dirección Provincial de Vialidad.
Pero la tarea no será inmediata.
Por eso, los vehículos Unimog del Ejército siguen cumpliendo su tarea de asistencia.
El sábado, personal del Ejército se dirigió en Unimog hacia Crucesitas Séptima, en el departamento Nogoyá, llevando medicamentos y mercadería para el lugar.
También se acercó en el vehículo a cinco personas mayores y dos menores oriundos de la zona.
El viaje entre Nogoyá-Crucesitas-Don Cristóbal-Nogoyá empezó a las 10 de la mañana del sábado y finalizó a las 21,30, y esa odisea fue producto del pésimo estado de los caminos.
Por eso parece una ficción el anuncio que hizo hace un año el exgobernador Urribarri, cuando dijo que su gobierno había construido 2.630 kilómetros de rutas nuevas y reparadas, con una inversión de más de 14.000 millones de pesos.
“Muchas de las obras que hoy están erigidas en distintas ciudades y pueblos de la provincia ni siquiera habían sido soñadas”, sostuvo el exgobernador.
En Crucesitas ni siquiera han tenido el tiempo de soñar.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.