El exgobernador y actual diputado provincial Sergio Urribarri reaccionó por Facebook a la imputación de la Justicia entrerriana por los cuatros spots televisivos realizados en oportunidad de la Cumbre de Presidentes del Mercosur.
Urribarri se victimiza y publica la prueba más clara en su contra: de los cuatro videos, en tres nunca se habla de la Cumbre y apenas se añade un sello mudo al final. Tampoco puede explicar las irregularidades en el trámite administrativo.
Una característica central, especialmente, en el segundo mandato de Sergio Urribarri fue la discrecionalidad en el uso de fondos públicos para promocionar su imagen y proyectarla a nivel nacional.
Fue de menor a mayor.
En 2013, por dar un ejemplo bastante gráfico, organizó la fiesta del Tattersal -conducida por Viviana Canosa-, con personajes como Marcelo Polino o Mónica Farro y gastó más de 800 mil pesos. Tenía como finalidad promocionar la provincia como destino turístico.
En 2014 ya hizo la Cumbre de Presidentes del Mercosur y en cuatro spot, de los cuales en tres el protagonista central no decía nada de la Cumbre, rigurosamente nada, gastó 28 millones de pesos de todos los entrerrianos. El protagonista, claro, era él.
¿De qué habló Urribarri en los videos que realizó la firma Nelly Entreteiniment?
De la inversión en infraestructura, con varias imágenes de proyectos; de un laboratorio privado y de seguridad. De la Cumbre, cero.
El cuarto es un agradecimiento a todos los entrerrianos.
Ahora Urribarri no está agradecido, sino acorralado. Y en esa situación se victimiza y se ofende.
Entre la fiesta del Tattersall y la Cumbre -y luego también-, hubo contrataciones millonarias de publicidad nacional, por lo menos dos mano a mano con Alejandro Fantino en América TV; un parador en la playa en Mar del Plata ya lanzado al Sueño Entrerriano; su nombre en autos de carreras, en parasoles, en afiches, remeras, calcomanías y un gasto extraordinario en alquiler de aviones que provenían de la caja estatal que dejó en ruinas. El Estado provincial le dio una mano además para cuestiones alimenticias y su afición por la cocina: en un año, nada más, Urrfibarri realizó gastos por un millón de pesos en comidas y bebidas.
La gestión, su gestión, resultó un festival de discrecionalidad.
Pero el exmandatario la juega de ofendido.
El Ministerio Público Fiscal lo imputó y lo investiga por los cuatro spots que su gestión pagó $28 millones. Supuestamente, estaban dedicados a la difusión de la Cumbre de Presidentes del Mercosur. Mas ése no habría sido el propósito. El fin último de la emisión de esa publicidad en todo el país, en opinión de los fiscales Santiago Brugo y Alejandro Cánepa, sólo sirvió para solventar la campaña de Urribarri.
Este viernes, en su perfil de Facebook, el imputado hizo su descargo.
“Escuchamos todos, todos los días por la radio, la televisión y las redes sociales avisos institucionales de todos los gobiernos nacional, provinciales y municipales, invitando a visitar lugares, contando lo que han hecho, cómo han supuestamente cambiado ciertas realidades. Sin embargo por ese mismo tipo de avisos, ligados y en ocasión del evento político institucional más importante de la historia de esta provincia como lo fue la Cumbre del Mercosur, con la presencia de seis presidentes en la ciudad de Paraná, yo he sido imputado penalmente”, dice Urribarri.
No dice el exgobernador de qué modo estaban ligados los spots a la Cumbre, si de la Cumbre no decía su protagonista –él mismo- una sola palabra. Nada.
“Todos los aspectos legales de la emisión de esos avisos están debidamente fundamentados y respaldados: Ley de la Legislatura provincial, aprobación previa de la Contaduría General de la provincia para los gastos e intervención de los demás organismos de contralor”, argumenta Urribarri, pero omite explicar cómo consiguió semejante celeridad para conseguir que en cinco días el expediente corra por diez oficinas distintas, incluyendo el Tribunal de Cuentas.
Según Urribarri los fiscales “interpretan y opinan sobre un contenido comunicacional y sobre esa interpretación u opinión impulsan una investigación penal que –más allá del disparate jurídico que constituye- claramente tiene el objetivo estigmatizarme, perseguirme y escarmentarme”. Y publica el exmandatario los links que comprueban que en tres de los cuatros spots no dice nada, rigurosamente nada, de la Cumbre de Presidentes, sino que se dedica a realzar su gestión con el slogan: “Entre Ríos, el camino a seguir”, preludio del sueño entrerriano que fracasó rotundamente con posterioridad.
No se trata entonces de interpretación, sino de hechos. Los spots no eran para la Cumbre.
“Violenta entonces cualquier garantía que un ciudadano –al estilo de las listas negras de la dictadura- pueda ser acusado por el poder público por una “interpretación” de contenidos comunicacionales, porque no gusten, porque sean “inadecuados”. Deberían acusar de oficio entonces al Gobierno nacional por haber usado el color amarillo, a otros por el color naranja, por los relatos en el fútbol, por las ciudades como Paraná que supuestamente están “De pie” por acción de un intendente y por toda la comunicación oficial de los últimos 30 años en Entre Ríos y en la Argentina”, argumenta Urribarri.
Pero el problema que ven los fiscales no se define en las formas, sino en el uso del dinero público. Urribarri utilizó: 28 millones de todos los entrerrianos para promocionarse. Esa es la imputación.
Sigue Urribarri en su rol de víctima y completa: “Esta imputación, por este motivo de los avisos de la Cumbre del Mercosur no tiene fundamento jurídico ni razonabilidad. Reitero, quieren denigrarme, escarmentarme; y conmigo a todos mis colaboradores”.
Lo que no se ve es que muchos de sus colaboradores se rasguen las vestiduras para defender los spots, los gastos de Cumbre y el manejo del Estado que realizó Urribarri en su gestión y dejó a la provincia al borde de la quiebra. No se ven defensores. No se ven.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.