En la cuarta jornada del juicio por narcotráfico, que tiene entre sus acusados principales al intendente de Paraná Sergio Varisco; al concejal Pablo Hernández (Cambiemos); la exsecretaria de Seguridad Griselda Bordeira;  y Daniel «Tavi» Celis, sindicado como líder de una banda narco, declararon tres efectivos de la Policía Federal, cuyas investigaciones fueron clave para el desarrollo de la causa narcoavioneta y narcomunicipio.

La audiencia ante el Tribunal Oral Federal de Paraná –integrado por Lilia Carnero, Noemí Berros y Roberto López Arango-  comenzó al mediodía y culminó poco antes de las 18 de este martes. En la jornada se escucharon los testimonios de Gonzalo Alexis Mendoza, principal de investigaciones de la Policía Federal; Gustavo Pérez, sargento primero; y el cabo Iván Rocha.

Todos a su tiempo contaron cómo se desarrolló la investigación que culminó con el operativo que dio con varios imputados en el campo de Colonia Avellaneda, donde aterrizó una avioneta el 27 de mayo de 2017 con 317 kilos de marihuana. A su vez, relataron algunas conversaciones llamativas entre Bordeira y Hernández que se hallaron durante la investigación.

Además, declaró un imputado de los 32 que está previsto que desfilen frente al tribunal: Cristian Silva, a quien se lo sindica como hombre de confianza de «Tavi» Celis . El hombre pretendió hacer un careo con Mendoza, para responder sus afirmaciones sobre el interés por la compra de combustible en gran cantidad para, presuntamente, abastecer a avionetas con droga. El TOF rechazó esa pretensión, pero le permitió dar su versión.

Las conversaciones de Bordeira y Hernández


Mendoza fue el primero en sentarse frente al TOF para responder las preguntas de las partes. Al igual que lo hizo este lunes Víctor Chanenko, exjefe de la Delegación Paraná de la Policía Federal, indicó que la investigación se originó en 2015 por una llamada anónima que les aportó un dato: que la droga secuestrada en barrio Paracao, en calle Alemanes del Volga, fue llevada al lugar por un camión municipal, al mando de un hombre apodado «Cebolla».

Luego, constataron que se trataba de Miguel Leguizamón, quien por entonces estaba a cargo de la Unidad Municipal 2, y que tenía contacto fluido con «Tavi» Celis. En un tramo de su declaración, refirió que en un chat de WhatsApp, del 14 de febrero de 2018, a las 16,42, encontraron que Bordeira le envió a Hernández un fuerte mensaje:  «Vos y Sergio metieron la droga en el partido, no te olvides».

El funcionario policial dijo que había otros mensajes en el que el concejal le pedía realizar una movida política para juntar militantes que apoyen a Varisco. «La idea es juntar militantes, mostrar vecinalistas y peronistas con Sergio, quien será la figura convocante, dándole respaldo», le decía Hernández.

Por otra parte, Mendoza contó que Luciana Lemos, expareja de Celis, cayó cuando estaba en proceso de una maniobra para vender estupefacientes. Señaló que su actividad quedó expuesta mediante una escucha directa que le realizaron, en donde la mujer acordó la venta de droga con dos hombres.

Al divisar la llegada de los sujetos, dijo que rápidamente ingresaron al domicilio y que en el quincho del fondo, alrededor de una mesa redonda, encontraron a los involucrados en pleno intercambio. Detalló que arriba de la mesa había 3 kilos de cocaína y dinero, y que en el procedimiento se secuestró una máquina de contar billetes, armas, teléfonos y el famoso cuaderno con anotaciones de expendio de estupefacientes. En este, dijo, al revisarlo encontraron inscriptos los nombres de Sergio Varisco, Griselda Bordeira, Pablo Hernández y Emanuel Gainza.

También indicó que al lado de cada nombre había, entre paréntesis, anotaciones sobre pagos y saldos pendientes.

Los fieles a «Tavi» y «Titi»


En otro momento, el investigador de la Policía Federal sostuvo que a lo largo de la investigación se determinó que «Tavi» Celis y su hermano, Miguel «Titi» Celis, habían conformado dos grupos distintos con gente de su confianza.

El grupo de «Tavi», precisó, era el que integraban Cristian Silva, Miguel Leguizamón, María Fernanda Orundes de Ayala y Luciana Lemos; mientras que «Titi» se rodeaba de Miqueas Córdoba, Patricio Facundo Larrosa, Julio Vartorelli y Yamila Corradini.

Las preguntas de los abogados


El abogado de «Tavi», Leopoldo Cappa, le preguntó si le constaba que su defendido tuvo intervención en el aterrizaje de la avioneta en el campo de Colonia Avellaneda, perteneciente a los hermanos Omar y José Ghibaudo, que también están imputados en el caso.

Mendoza respondió: “No, no advertimos comunicación de él y tampoco estaba en el momento del aterrizaje”.

Por su parte, el abogado Emilio Fouces, que defiende al concejal Hernández, le preguntó si se detectó alguna comunicación de su defendido con «Tavi» y el investigador dijo que “no hubo comunicación directa, sino que siempre por intermediario”.

A su tiempo, Miguel Ángel Cullen, abogado de Varisco, le consultó si existieron escuchas de su defendido con Celis, Lemos u otro acusado, y el investigador dijo que no. A su vez, quiso saber si conoce a Marcelo D’ Alessio, el falso abogado y que se presentaba como especialista en narcotráfico que está acusado de extorsión en una causa que tramita en el Juzgado Federal de Dolores. Mendoza negó conocerlo y también refirió que no recibieron ninguna instrucción  por parte del Ministerio de Seguridad. “Se trabajó libremente”, aclaró.

En tanto, ante una pregunta de Boris Cohen, abogado de Bordeira, sostuvo que conocía que Celis estaba en el Movimiento Vecinalista del Oeste, una agrupación barrial que apoyaba la candidatura a intendente de Varisco.

Por su parte, la abogada de los hermanos Ghibaudo, Cintia Duarte, lo interrogó sobre si escuchó que sus defendidos hayan hablado sobre agrotóxicos en sus comunicaciones, pero el investigador refirió que nunca escuchó algo en ese sentido.

Cabe aclarar que en su defensa, los hermanos aseguran que alquilaron el campo para que aterrice una avioneta cargada de agroquímicos, y no de droga.

Descargo de un imputado


Cristina Silva, uno de los imputados, pretendió un careo con el investigador Mendoza, pero el TOF se lo rechazó. A pesar de ello, el acusado dio su versión sobre las escuchas a las que hizo referencia Mendoza  en la que hablaban con Celis de adquirir grandes cantidades de combustible para un karting. La sospecha era que en realidad se iba a utilizar para abastecer a la o las avionetas con droga.

En la investigación, se consignó que no se comprobó que los involucrados tengan algo que ver con las carreras de karting, pero este martes Silva sostuvo que cuenta con la documentación que acredita que competía en una categoría federada de la Asociación de Turismo Carretera.

“La participación mía sobre el tema de combustible era sobre karting y motos. Estoy ranqueado en enduro y rally”, dijo y luego aseguró que una avioneta no puede volar con la clase de combustible del que habla en la conversación con Celis.

 “Son octanajes que no existen para una avioneta”, dijo con seguridad y afirmó que le pidió a su anterior abogado –Matías Arguello de la Vega, hoy fiscal- una pericia con expertos para corroborar sus dichos.

En ese punto, el Fiscal General, José Ignacio Candioti, refirió que en las charlas hablaba de aeronafta y que era en gran cantidad, pero el imputado se mantuvo en sus dichos. “Una avioneta no puede volar con aeronafta. Tengo entendido que vuela con nafta comprada en estación de servicio. Sé que la nafta de aviones se usa para vehículos de competición”, dijo Silva.

En ese sentido, Silva reconoció que Celis le preguntó dónde podía comprar bidones, pero dijo desconocer si eran 100 bidones de 30 litros. “No puede haber una escucha en la que me haya pedido 100 bidones, imposible.  No recuerdo cuántos (bidones le pidió), porque en esa época usábamos nafta para el sindicato, pero 100 bidones de 30 litros, serían 3 mil litros, es un disparate”, sentenció.

Asimismo, Silva refirió que no era trabajador municipal pero que trabajó en la campaña electoral del sindicato del Suoyem, en 2016, junto a Celis, en la búsqueda de votos. Recordó que por entonces el sindicato estaba intervenido y que militó a favor de la campaña de Fabián Brunengo, quien cayó a manos de Jorge Borcado.

Las escuchas, según otros dos investigadores


Después de la declaración del imputado fue el turno de otro policía, el sargento primero de la Policía Federal Argentina Gustavo Pérez, quien ratificó los dichos de su colega, Mendoza.

Pérez volvió a relatar la historia de la llamada anónima, el apodo de «Cebolla», el vínculo con Celis, y el interés por comprar combustible con determinado nivel de octanaje que, se presume, era para las avionetas con droga.

El Sargento comentó que le hicieron un seguimiento a los hermanos Ghibaudo, quienes alquilaron su campo donde aterrizó la avioneta con marihuana el 27 de mayo de 2017. Dijo que los siguieron hasta una estación Shell de María Grande, y que se dirigieron campo adentro, para la zona detrás de las termas de esa ciudad.

Luego, dijo, localizaron que allí había una pista de aterrizaje, que no era más que un campo llano que era propicio para que bajara una avioneta. Así, señaló que esperaron dos o tres meses la llegada de la aeronave, pero que no sucedió e indicó que el lugar de aterrizaje se habría cambiado porque las lluvias habían complicado el terreno. Finalmente bajaron en Colonia Avellaneda.

Pérez dijo que en las escuchas se los notaba preocupados a los Ghibaudo, ya que decían que los vecinos no tenían que ver “el pájaro”, en referencia a  la avioneta. A su vez, precisó que al momento de interceptar la avioneta, ni bien había aterrizado, se encontraron con dos camionetas, en las cuales una ya estaba cargada la marihuana. Al lado de una de ellas estaban los hermanos dueños del campo, y otros imputados.

El último en brindar su testimonio ante el TOF fue Iván Rocha, cabo de la Policía Federal. El hombre también relató cómo se llevó a cabo la investigación, desde 2015 a 2017, cuando se intercepta la avioneta, y también dio precisiones sobre su rol en la causa narcomunicipio.

Este investigador también recordó conversaciones de Bordeira, poco después de la detención de ‘Tavi’ Celis por el robo de agosto de 2016 en la estancia de Diamante,  perteneciente a la familia Airaldi. Contó que la entonces funcionaria policial y municipal habló con otro policía de Diamante que lo ocurrido tuvo que ver con un ajuste narco y dijo que esa conversación fue “larga y reveladora” ya que en ella Bordeira afirma que sabía la verdad de los hechos “de la boca de ‘Tavi’”.

Rocha señaló que también le llamó la atención la pasividad de Bordeira en cuanto a Celis y lo que sabía sobre sus actividades. “Sabiendo de las actividades ilegales que se estaban llevando a cabo, no hizo más que escucharlas”, remató.

También contó que en un mensaje hallado, Celis le expresa su enojo a Bordeira porque el municipio “no le daba lo que pretendía”. “Él le decía que en su mundo ganaba un millón por mes, y con la política estaba perdiendo plata y tiempo”, dijo el cabo de la Policía Federal.

A su vez, relató de una conversación entre Cristian Silva y Celis, en la que hablan de una deuda relacionada al municipio. “Celis le preguntaba de cuánto es la deuda, y Silva le decía que eran 8 cuotas de $100 mil. Hablaban que era una deuda de zapatillas. No comprobamos que Celis y Silva hayan sido proveedores de zapatillas”, puntualizó.

Enseguida, manifestó que estaban en conocimiento que Celis había aportado dinero a la campaña a intendente de Varisco, ya que en las escuchas se lo nota muy molesto por supuestas promesas incumplidas.

En ese marco, evocó una llamada en la que Celis dice que “aportó dinero a cambio de un puesto en el municipio” y que más tarde, cuando estaba detenido y la avioneta había sido secuestrada, se supo que llegó a un acuerdo para que se le pague $50 mil por mes hasta el final del mandato de Varisco.

La flota de los Celis


Más adelante, Rocha refirió que en la investigación observaron que los hermanos Celis contaban con una impresionante flota de automóviles. «Tavi» contaba con un Volkswagen escarabajo, un Chevrolet C10 y una Toyota Hilux; y que «Titi», poseía una Ford verde y otra blanca; un Volkswagen Vento y un Fiat Siena rojo.

No obstante, dijo que les sorprendió que, previo a su detención por robo, «Tavi» haya estado buscando un camión municipal sin GPS para supuestamente trasladar muebles a San Benito. Para esa tarea dijo que fue contactado Hernán Jesús Rivero, otro imputado, y quien estaba al frente de la Unidad Municipal N° 2.

“Nos hacía ruido que teniendo entre los dos hermanos dos camionetas cuatro por cuatro, querían un camión sin GPS”, aseveró Rocha.

Con su declaración terminó la cuarta jornada del juicio que se le sigue a Varisco y Celis y otros 30 acusados. El próximo lunes el Tribunal oirá más testimoniales.

 

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.