La Plaza Mansilla es el sitio escogido para las manifestaciones. Hasta allí llegan todos los que quieren hacer visible su reclamo, su protesta: hacerse ver. Visibilizarse. Los gremios han hecho propio ese espacio del Centro Cívico.
El viernes 19, mientras en el Salón de los Gobernadores los sindicatos del Estado escuchaban, desprovistos de expectativas, la propuesta salarial del Gobierno, afuera no había silencio, ni quietud, ni nada de eso. Afuera había música: vientos y redoblantes.
La banda de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) ha ido puliendo su reportorio desde que apareció en las marchas, circa 2015. Son músicos profesionales los que la integran. Forman parte de la Banda de Música Municipal Sebastián Ingrao, de Victoria, afiliados al gremio, delegados sindicales.
«Los victorienses le ponemos alegría a las marchas», dice Horacio Rizzi, secretario adjunto de ATE, victoriense. «Esta banda ha recorrido todo el país. Le ponemos alegría a las marchas, que no tienen por qué ser tristes. Si no tenemos cómo levantar el bolsillo, al menos intentamos levantar el ánimo», explica Rizzi.
Los músicos de la banda de ATE están muy adiestrados. Tocan en las retretas de su ciudad, y también con bandas de renombre, como La Sonora Bonita.
El repertorio es ecléctico, y lo tienen bien aprendido: son las bonitas páginas que musicalizan con frecuencia en las prestaciones de la Banda de la Escuela de Música de Victoria. «Ellos tienen, además de la música, el reclamo como cualquier otro trabajador. Pero además de traer el reclamo, traen alegría. Esta banda existe desde 2015 en las marchas del sindicato, y nunca nadie ha pesto atención en lo que hacen», dice el dirigente sindical.
Los músicos manejan con destreza vientos y redoblantes, y van de aquí para allá en el universo de la música, con esa soltura que otorga el oficio bien ejercido: tocan con la destreza de los mejores.
Suenan temas tribuneros, mucha marcha. Hay aplausos, hay estribillos pegadizos que se cantan por lo bajo: una que sabemos todos.
Son el «apoyo» de las marchas de ATE, como la de este viernes: una vigilia para esperar conocer lo que ya se sabía de antemano, una propuesta salarial muy lejos de las expectativas.
Ahí estaban. Una hora y media de un repertorio variopinto. Llegaron a las 10 de la mañana y hasta las 11,30 no tuvieron pausa. Sonaban esos temas que suenan en las canchas. Reversionan los más pegadizos hits de Cacho Cataña, los más esperados de Los Auténticos Decadentes, pero también un chamamé, Kilómetro 11.
No tienen nombre, pero es la banda que siempre está en cada marcha, poniéndole alegría al reclamo, ritmo a los planteos, y que logra que más de uno tararee esa que sabemos todos.
Fotos: Gentileza La Lucha en la Calle
De la Redacción de Entre Ríos Ahora