El espectáculo se da en verano, cuando cae la tarde. Cientos de aves empiezan a revolotear en el aire de Plaza 1° de Mayo buscando cobijo en las molduras que adornan el frente de la Iglesia Catedral. Parece una ceremonia que se repite. Dan vueltas, vuelan en círculos, y de a poco se van posando en el lugar que encuentran. De un momento a otro, el frente de la Catedral se cubre de color negro. El sonido apagado de las aves que empiezan a reposar marca el final de ese espectáculo peculiar.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.