En las barrancas de la Toma Vieja no hay ya casi lugar para observar la inmensidad del río Paraná. Hay maleza, basural y abandono y ninguna seguridad donde antes estuvieron los miradores. Conviene mirar de lejos el río, entonces. Donde sí hay barandas protectoras es cerca de la torre de energía, que balconea al río, pero allí hay también un cartel que advierte del peligro de acercarse a mirar.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.