En el cierre de la etapa de producción de pruebas del juicio que se sigue en su contra, el experito balístico del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Daniel Antonio Vitali, volvió a hacer uso de su derecho a declarar frente al tribunal que lo juzga.

Lo hizo este jueves, luego de que el tribunal escuchara a los últimos dos testigos de la causa. Esta semana encontró al exfuncionario en una etapa especial, ya que está cerca el final del debate y porque el pasado martes 3 de abril celebró en la Unidad Penal Nº1 de Paraná su cumpleaños 56.

La novedad de este jueves llegó desde la Fiscalía, que anunció el hallazgo de dos armas que debían estar en Tribunales. Luego, el tribunal escuchó a los dos últimos testigos: a una funcionaria judicial se le tomó declaración en su vivienda, puesto que por razones de salud no pudo asistir al edificio del Poder Judicial; mientras que el segundo testimonio lo brindó Carlos Iván Berón, jefe de la División Escopometría de la Policía de Entre Ríos, quien dio cuenta de la pericia practicada a un arma incautada el lunes en un procedimiento policial.

El funcionario, tal como lo había adelantado la Fiscalía, informó que de un estudio comparativo se determinó que el arma hallada es la misma que fue secuestrada en 2013 y que, por lo tanto, debía estar en Tribunales.

Luego del testimonio de Berón, el experito Vitale se sentó frente al tribunal y pasó revista a algunos de los testimonios que lo incriminaron a lo largo del juicio. En primer lugar rechazó los dichos de funcionarios policiales, quienes afirmaron en el debate que la oficina pericial de Tribunales no tenía el aspecto de tal, ya que allí había muchas irregularidades: bolsas abiertas, etiquetas sin las armas, o elementos que se utilizan para modificar armas, como una amoladora y aerosoles.

Más adelante, cuestionó el testimonio de un testigo que estuvo involucrado en la causa y que acordó una pena en un juicio abreviado. Cerca del final de su exposición, sostuvo que la Fiscalía no fue por los “verdaderos culpables” de la sustracción y venta de armas judicializadas y que los responsables siguen operando en Tribunales, aunque no se animó a dar nombres.

“Se dijo que con la amoladora, el gasoil, por cómo estaba todo contaminado dejó de ser un laboratorio balístico y que se había transformado en un depósito”, dijo Vitale y agregó que ante la gran cantidad de armas, el único lugar para depositarlas era en su espacio de trabajo.

“No es como dicen que no era un laboratorio. No, dejó de serlo para transformarse en una especie de covacha. Expliqué cuando hicimos la recorrida hasta la altura que había armas”, agregó.

Más tarde se refirió a las bolsas especiales utilizadas para guardar armas y cartuchería, muchas de las cuales fueron halladas rotas cuando en 2016 delegados judiciales y policiales realizaron un inventario en la oficina pericial.

“Las bolsas a mí me llegaban así. Yo controlaba el arma que estaba para destrucción, sacaba la bolsa y la tiraba si no servía para nada. Lo que era material testigo se ponía aparte”, afirmó Vitale.

También le restó valor a los dichos de diferentes funcionarios policiales que dieron cuenta del estado en el que se encontraba la oficina y el Depósito de Efectos Secuestrados cuando se realizaron las inspecciones.

Tras ello, el experito pasó a cuestionar los dichos de Mauro Maximiliano Bertoni, quien declaró como testigo en el juicio y lo incriminó. El joven es el exempleado del Departamento Médico Forense de Tribunales que también estuvo involucrado en el robo y venta de armas judicializadas.

En diciembre de 2016, firmó un acuerdo de juicio abreviado con la Fiscalía y aceptó una condena de tres años de prisión condicional, más trabajos comunitarios.

Al respecto, el experito sostuvo que tenía un “trato diario” y  que “no le parecía una mala persona”. “Él cuando vino quería progresar y dejar de ser lo que era y yo le di una mano”, aseguró.

“A mí me gusta que la gente progrese. Incluso hoy lo digo en el penal a los que están haciendo la escuela secundaria. Soy así nada más, por eso me preocupo”, agregó el acusado.

No obstante, Vitale afirmó que fue “utilizado” por Bertoni para conseguir contactos en Tribunales. “Él me utilizó en un montón de cosas. Me utilizó con el tema de mis amistades, con el tema de mis amigos de encomienda. Con Federal por el tema de cuchillería y con Nogoyá con el tema de la venta de productos de campo”, aseguró.

Más adelante, dijo que nunca se acercó a la casa de Bertoni, quien en un careo sostuvo que le había pedido que cambie de abogado. “Me pareció raro lo que dijo que fui a la casa de él para pedirle que cambie de abogado”, señaló.

En esa línea, el imputado expresó que a su entender Bertoni “mintió desde un inicio”. Enseguida, manifestó su desacuerdo con el juicio abreviado que alcanzaron Bertoni y otros acusados.  “Lo veo mal a eso de los abreviados. Si estábamos tres personas involucradas, me parecía que debíamos ir los tres a juicio y dilucidar la verdad”, dijo y consideró que el abreviado puede ser “conveniente para unos y para otros no”.

En cuanto a la investigación, Vitale afirmó que los “verdaderos culpables” no están siendo juzgados y sostuvo que en Tribunales aún hay personas que venden armas judicializadas, aunque no dio nombres.

“Si esta investigación se hubiese hecho realmente como corresponde, los verdaderos culpables estarían acá sentados. No quiero dar nombres porque mucha gente sabe perfectamente quiénes comercializaron armas de ese depósito desde 1993 y hoy esas personas siguen trabajando en tribunales. Tuvieron causas y están trabajando, uno en el Cuerpo Médico Forense”, aseguró.

Así, con la declaración de Vitale se dio por concluida la etapa de producción de prueba en el juicio y este viernes, desde las 9, serán los alegatos de las partes. Los fiscales Ignacio Aramberry y Juan Malvasio solicitarán una pena de prisión efectiva de 11 años –aunque podrían ser más-; mientras que la defensa, a cargo de los abogados Iván Vernengo y Damián Petenatti, pedirán la absolución.

 

 

 

Gonzalo Núñez

De la Redacción de Entre Ríos Ahora