A un año de haber sido designado como vicario en la parroquia de Santa Elena, el cura Leandro Bonnin deja esa ciudad para afincarse en Paraná, y asumir como párroco de Cristo Peregrino, en reemplazo del sacerdote Jose Barreto.
Bonnin es muy conocido en las redes sociales -tiene 13 mil seguidores en Facebook- a partir de su militancia en contra de lo que entiende como «ideología de género», que ahora volcó en un libro que se denomina, cómo si no, «La familia ante el desafío de la ideología de género» -en Mercado Libre se consigue a $275- y ha llegado a postear comentarios, antes de las primarias de agosto pasado, en contra de las candidaturas a presidente de Alberto Fernández y Mauricio Macri.
Yo no pretendo, de ninguna manera, decirle a nadie a quién tiene que votar.
«Sólo me permito expresar mi asombro y casi estupor ante los «malabarismos argumentales» que algunos conocidos católicos están haciendo para justificar su voto.
«Permítanme ser claro:
«(Alberto) Fernández es aborto e ideología de género.
Macri es aborto e ideología de género».
El posteo del cura buscó concientizar a los votantes católicos sobre la necesidad de evitar votar a cualquier candidato que esté a favor del aborto.
Bonnin, cuya página en Facebook tiene casi 13 mil seguidores, sostiene que tanto la fórmula Mauricio Macri-Miguel Pichetto como Alberto Fernández-Cristina Fernández defienden el aborto. Y por eso llama a no votarlos en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de este domingo 11.
«En el caso del presidente actual -plantea el sacerdote-, ha tomado dos o tres decisiones tan directamente abortistas (…)) que es verdaderamente increíble que alguien todavía pueda decir ´Macri es pro-vida´». Y añadió: «Y aunque es obvio que la defensa de la vida por nacer y de la familia natural no son los únicos ´items´ a tener en cuenta al momento de votar, te invito a pensar -sinceramente- si Jesús los tendría en cuenta o no. La respuesta la vas a oír en tu corazón, si sos sincero y si hacés silencio».
«Dicho esto, votemos ante Dios. En el cuarto oscuro, sin cámaras, sin fotos, nos estará viendo el Creador. Ante sus ojos, nada valen las encuestas, los sondeos de opinión, las declaraciones ante los medios… El Creador que todo lo ve nos pedirá cuentas un día del modo en que hemos usado nuestra libertad», señaló el cura.
En julio último, durante una charla en Concordia, enseñó cómo tratar al «amigo» homosexual. «Una cosa es la persona con atracción hacia la persona del mismo sexo y otra, la ideología de género. A las personas (homosexuales), respeto inmaculado, cariño inmaculado. Todos tenemos en nuestra familia alguna persona con esta condición. Todos tenemos amigos; yo, también, por supuesto. Y tenemos alumnos con esta condición (…) Pero una cosa es querer la persona y otra cosa es aprobar su elección. Yo, desde la fe cristiana, puedo decir a la otra persona: ´Yo te quiero con toda mi alma, y quiero que seas feliz. Pero yo como cristiano sé que Dios en su palabra nos señala que la homosexualidad no es un camino de plenitud para el ser humano. ¿Por qué? Porque la sexualidad en el plan de Dios tiene como fin la unión complementaria y la procreación. En la unión de dos personas del mismo sexo la procreación no se puede dar y la complementariedad no se puede dar. Respeto absoluto por la persona, respeto inmaculado por la persona, apoyo a la persona en todo lo que la persona necesite de mí. Pero no es bueno que nosotros como Iglesia y como docentes católicos, al menos en el ámbito escolar, no lo podemos aprobar, porque estaríamos alejando a la persona del designio de Dios», planteó.

Ahora, Bonnin recorre la provincia para presentar su libro.
“Es un libro práctico que termina con una serie de consejos muy concretos sobre cómo proteger la familia de los ataques externos y las crisis internas, además de invitar a una vivencia intensa de la fe católica y la adhesión plena a la fe bíblica”, contó el sacerdote en una reciente entrevista concedida a ACI Prensa.
“También ofrezco algunas reflexiones sobre cómo los laicos pueden incidir en la vida social, no siendo meros espectadores sino protagonistas de lo que acontece”, añadió.
En su libro se pueden encontrar, entre otros, capítulos como “La antropología y los conceptos clave de la teoría de género”, “Origen de la teoría de género y nuevo orden mundial”, “El amor se regocija con la verdad: por qué no es aceptable la teoría de género”, “La antropología bíblica y su actualidad”, “¿Qué podemos hacer? Pistas educativas, cívicas y espirituales”.
La génesis
“La primera vez que escuché hablar de Ideología de género fue en 1997. Yo era un adolescente que transitaba mi escuela secundaria en el Seminario de Paraná, y nos fue a visitar el doctor Jorge Scala, quien ya entonces nos advirtió de lo que hoy estamos viviendo”, dijo.
Luego, contó que aquel “proceso iniciado entonces y acrecentado en el Seminario tuvo un momento de mayor intensidad en el último año (desde octubre de 2018), ya que en Argentina comenzaron a intensificarse las políticas de género y su influjo en educación”.
“Comenzaron a invitarme a dar charlas sobre la ideología de género en educación. Entonces comencé a escuchar muchas conferencias de muchos autores (Gloria Naranjo, Card. Sarah, César Vidal, Alicia Rubio, Gabrelle Kuby, Agustín Laje, Fray Nelson Medina) y a hacerme con libros de diferentes autores. Quiero destacar en especial al padre Bernardo Olivera, en quien pude encontrar un abordaje integral y una visión cristiana. A esto se suman innumerables artículos y sobre todo muchas conversaciones informales con amigos, hermanos sacerdotes y familias”, explicó el sacerdote.
Bonnin cree que la “evolución que ha tenido la teoría de género –desde el feminismo clásico hasta la teoría Queer y el feminismo post-identitario– ha sido muy veloz en los últimos años” y que por ese motivo muchos sacerdotes no estaban preparados y no encontraban tiempo para “leer, reflexionar y asumir una actitud de discernimiento”.
Sobre el origen de la “antropología de género”, aseguró que intentó explicarlo haciendo referencia a autores como Marx, Engels, Nietzsche o Sartre.
“Aunque a alguno pueda sorprender, la vigencia y actualidad de algunas de sus propuestas es innegable, incluso a nivel de la formulación de ciertas propuestas. Conocer ese origen y la visión que subyace nos permite comprender también la evolución de las ideas”, planteó.
Sobre la expresión “reingeniería social” dijo que el concepto “se refiere a la posibilidad de cambiar el modo de pensar y de vivir de la gente utilizando para esto diferentes mecanismos y fases”, la “fase emotiva, fase de normalización, fase de institucionalización y fase de penalización”.
“Al principio es importante presentar historias que susciten una respuesta emocional en la sociedad: lo medios de comunicación masiva se complacen en narrar ataques violentos a personas transgénero, contar historias de amor romántico entre personas del mismo sexo, con una cierta idealización sobre este estilo de vida”, dijo el sacerdote.
Luego, se refirió a “la etapa de normalización”, en la que “es importante dar la impresión de que ‘todo el mundo’ acepta esta nueva visión, y de que incluso la ciencia la avala”.
“La fase de institucionalización –en la que ya se encuentra Argentina casi hace una década- supone que existen leyes donde se asume la teoría de género”, añadió.
Finalmente, dijo que la “fase de penalización significa que aquellos que piensen diferente son reducidos al silencio, sometidos al señalamiento público, penalizados económicamente o incluso privados de la libertad de ejercicio de su profesión o llevados a prisión”.
“En relación a la teoría de género, en algunos países ya estamos arribando a ésta última”, concluyó.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.