Los curas de la parroquia San Miguel, de Paraná, volvieron a convocar a una misa con fieles, a pesar de la prohibición de celebraciones de ese tipo en la ciudad y al crítico panorama con la pandemia de coronavirus, este sábado con un reporte de 159 casos en la Provincia, 91 en la capital provincial.
«Querida comunidad de San Miguel, el domingo 30 a las 16 hs. celebraremos la Eucaristía en la plazoleta San Miguel.
«Tengan en cuenta que no habrá lugar para sentarse. Si tienen alguno de los síntomas relacionado con el virus deben abstenerse de venir, las personas mayores están invitadas, pero sepan que no deben exponerse al riesgo de contagio.
«Teniendo en cuenta el espacio que tenemos, les pido observar escrupulosa mente el distanciamiento requerido y el uso del barbijo. P. Gustavo y P. Damián.»
De ese modo, los sacerdotes Gustavo Horisberger y Damián Retamar convocaron a la misa de este domingo, que se realizará en la plazoleta que da frente a la histórica Capilla Norte de San Miguel, sobre calle Buenos Aires, restaurada con fondos del Gobierno provincial. Esa plazoleta, aunque pública, permanece vedada al ingreso por decisión de la Iglesia.
No es la primera vez que llaman a los fieles a asistir a misa, aún cuando las celebraciones de ese tipo están vedadas en Paraná. El domingo 2 de agosto los sacerdotes ya habían oficiado una misa en la plazoleta, con fieles.
Pero a la semana siguiente decidieron suspender la actividad, según explicaron los curas de San Miguel, por cuanto «hemos notado el aumento de casos a raíz del Covid-19 y el Decreto Nacional vigente establece normas de cuidado. Por lo tanto tomamos la decisión de suspender la misa del domingo a las 16:00 hasta nuevo aviso».
A principios de julio, el Gobierno provincial autorizó la realización, con limitaciones, de oficios religiosos en la Provincia, y de ese modo respondió los insistentes reclamos del claro, aunque no en Paraná, en función de la situación epidemiológica.
Mediante decreto 1053, el Poder Ejecutivo autorizó las actividades religiosas de las organizaciones inscriptas en el Registro Nacional de Culto, con excepción de las localidades que registren transmisión por conglomerado de Covid, oficializados por el Comité de Organización de Emergencia de Salud (COES).
A finales de julio, los curas de Paraná elevaron un petitorio al intendente Adán Bahl para que autorice la celebración de misas. En el petitorio, señalaron que “la dimensión religiosa es propia de la persona y de imprescindible vivencia práctica para quien la reconoce como creyente”. En este sentido, remarcaron que “la participación cuidada en las celebraciones de la misa y los otros sacramentos es razón de salud espiritual y de bienestar para la persona en su integralidad… La concurrencia a los lugares sagrados de modo personal y la participación en sus celebraciones es un factor esencial para el creyente, especialmente en la Eucaristía”.
Pero como la situación con la pandemia continuó agravándose -a principios de agosto Paraná pasó de circulación por conglomerado a circulación comunitaria del virus Covid-19- las celebraciones religiosas se mantuvieron vedadas.
Aunque en la parroquia San Miguel han resuelto pasar por alto esa veda. «La decisión de celebrar públicamente la misa fue mía, pero hemos hecho un discernimiento comunitario -dijo a principios de mes, cuando se celebró la primera misa con fieles, el cura Horisberger-. Vimos que podíamos cumplir con los requerimientos de bioseguridad (alcohol, amonio cuaternario, barbijo, distanciamiento, comunión en la mano, etcétera), que por otra parte se utilizan en diversos lugares, supermercado, bancos, bares y pensamos que era posible».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora