El 18 de abril de 2016, se publicó en el Boletín Oficial de Entre Ríos un edicto de la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas por la que se daba a conocer que Productores Independientes Asociados (PIA) SA había resuelto aceptar la renuncia presentada por Jorge Aníbal Pérez como presidente y director titular.
Ese mismo día se publicó otro edicto que daba cuenta que, en asamblea de socios del 25 de agosto de 2014, PIA SA había resuelto designar como presidente y director titular a María Ximena Velázquez. Según el sitio marplatense de noticias Mirador Virtual, Pérez y Velázquez son pareja, con lo cual se trató de un cambio dentro de una misma familia.
Ese mismo sitio de noticias dio cuenta que Martín Cortés, acusado de haber cobrado una coima de The Old Fund, el negocio que involucró al exvicepresidente Amado Boudou y al actual gobernador de Forma, Gildo Insfrán, está vinculado con el negocio de los hoteles-casinos. “Por ejemplo, habría formado parte de la empresa Kaskira SA, cuyo titular es Jorge Aníbal Pérez, dueño del hotel-casino Mayorazgo de la ciudad de Paraná, que actualmente es administrado por la cadena Howard Johnson. La esposa de Pérez se llama María Ximena Velázquez, otra docente de la Facultad de Periodismo de La Plata que supo formar parte de la cátedra Comunicación y Medios, que tenía como titular a Florencia Saintout”.
PIA SA, la firma en la que Pérez y Velázquez han sido presidentes en forma alternada, es la dueña de Canal 9 Litoral, de Paraná.
Pero el nombre de Pérez, y de Kaskira SA, en particular, resuena aquí en Entre Ríos por otro tema: una causa por dádivas que involucra al exgobernador Sergio Urribarri.
Como lo reveló en septiembre último el sitio Análisis Digital, Urribarri y su esposa, Ana Lía Aguilera, fueron habilitados, cédula azul mediante, a conducir un automóvil Audi 2015 que entonces era propiedad de la empresa Kaskira SA, con sede en Capital Federal. Uno de sus dueños es Jorge Aníbal Pérez, dueño de Canal 9 de Paraná y accionista de la firma Neogame, una de las más beneficiadas en el negocio del juego en Entre Ríos, también con hoteles en Paraná y Formosa.
El vehículo, ese Audi, no estaba a nombre de Urribarri y su mujer, sino registrado a la empresa Kaskira Sociedad Anónima, con domicilio en Uruguay 775, piso 4, de Capital Federal.
Pero cuando ese escándalo se hizo público –Urribarri utilizó, siendo funcionario público, un vehículo cedido por un particular, una caso que la Justicia rotula como dádiva—el Audi pasó rápidamente de manos.
Urribarri fue imputado por haber recibido dádivas de una empresa que explota el negocio de los juegos de azar en la provincia, luego de que se revelara que Kaskira Sociedad Anónima había comprado el fastuoso automóvil para el ex mandatario.
Cuando la revista Análisis publicó la novedad, el ex gobernador ensayó una explicación: “En su momento, cuando a mi señora se le detectó un problema de salud, una persona se ofreció y puso a disposición un auto que nunca mi señora usó”. En otras palabras, admitió que consintió la recepción del Audi A1, chapa patente OVS 226, valuado entonces en unos 50.000 dólares, que Kaskira SA adquirió el 11 de mayo de 2015 y diez días después emitió tarjetas azules autorizando a Urribarri y Aguilera a que lo conduzcan; y a una tercera cédula a nombre de un chofer de taxis y remises que también trabajaría para la firma. Eso motivó una denuncia que presentaron los abogados Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet.

Sin embargo, el 21 de septiembre de 2016, es decir, dos semanas después de que se revelara la noticia, la empresa habría vendido el automóvil a una tal Marta Teresa Castro, y fue a ella a quien la Justicia le incautó el vehículo, el 7 de diciembre, en el marco de la investigación por dádivas y enriquecimiento ilícito contra Urribarri, su esposa e hijos, indicó Página Judicial.
El delito de dádivas, explican en la Justicia, alcanza al que la recibe, y también a quien la da. De momento, el brazo judicial avanza sobre la empresa Kaskira, porque no se pudo probar de momento la utilización del vehículo por parte de Urribarri y su mujer. Lo que ahora esperan en la Justicia es la declaración indagatoria de los empresarios socios de Kaskira SA, quien sí están comprometidos; más distendida es la situación de Urribarri, por cuanto la causa no ha podido determinar que efectivamente hizo uso del «donativo» de los empresarios.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.