El secretario gremial de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) contestó fuerte a los críticos de la conformación de una lista de unidad, Marcha Blanca, que disputará las elecciones del sindicato el próximo 4 de noviembre, y en la que confluyen dos agrupaciones tradicionalmente enfrentadas en la interna gremial: la Integración y la Rojo y Negro.
Ese armado electoral ha sido cuestionado por antiguos exdirigentes del sindicato -como el exsecretario de Agmer Victoria, Pedro Gutiérrez, o el extitular provincial de Agmer, César Baudino- y también por dirigentes idos de las filas sindicales, como quien fuera secretario general de la seccional Paraná, Roque Santana. Frente a los cuestionamientos, Zampedri -que proviene de la agrupación Paulo Freire, un desprendimiento de la Rojo y Negro- insta a dar el debate internamente, y relativiza las opiniones de quienes ya no están en el sindicato.
«Nosotros entendemos que el hecho central e histórico de haber construido la unidad entre sectores que disputamos por años la conducción del sindicato es un paso adelante que nos consolida. Luego, hay grupos o compañeros, algunos sectores que hace años que están afuera de la militancia orgánica del sindicato, que se expresan desde las redes, y está bien que así lo hagan. No nos genera inconveniente. Respetamos la opinión de todos. Simplemente decimos que parra participar del sindicato hay que estar afiliado. Para opinar hay que estar afiliado», aseguró Zampedri.
Durante una entrevista con Radio CNN Gualeguaychú, el dirigente docente sostuvo que conformar la lista Marcha Blanca supuso “el esfuerzo grande de todos los sectores mayoritarios. Así, logramos confluir en esta lista unidad Marcha Blanca, convencidos que esto es lo mejor para la unidad sindical. Estamos convencidos que esta confluencia de los sectores mayoritarios consolida la organización sindical, consolida el sindicato, y nos permite enfrentar el escenario futuro que es muy complejo, y poder hacerlo de la mejor manera. Enfrente tenemos un escenario de mucha crisis social, en donde la plata no alcanza, y en el que vemos continuos ataques a la escuela pública, y hacia los derechos de los derechos de los trabajadores. Desde la unidad, respondemos que estamos dispuesto a dar lucha, y disputar salarios, para que el sueldo de un docente inicial se acerque al objetivo que es que alcance el valor de la canasta básica de alimentos”.
El dirigente aceptó que ha leído las críticas hacia el armado de la lista Marcha Blanca. “Entiendo que hay compañeros que están disgustados por la unidad, que no la comparten. Somos respetuosos de esos comentarios. Entendemos que las conducciones de la Agrupación Rojo y Negro y de la Integración hemos confluido en un espacio político gremial en donde acordamos que lo mejor es avanzar en la unidad, algo que ya veníamos trabajando desde 2018. Esto no sale de un repollo. Se fue construyendo en un proceso a partir de acuerdos que nos permitieron avanzar en una lista única para representantes de vocal de la Caja de Jubilaciones, en definir la reforma del Estatuto de Agmer, en afrontar la Ley de Emergencia, sostener el trabajo no presencial frente a la exigencia del Gobierno por la presencialidad y en sostener durante 45 días una carpa frente a Casa de Gobierno que le arrancó a la patronal una oferta salarial sustantiva, mayor de la que estaba dispuesta a dar el Gobierno”, afirmó.
Y agregó: “Entendemos que lo mejor para los trabajadores de la educación era avanzar en este proceso de unidad. Claramente, los compañeros que no acuerdan tienen derecho a expresarlo, y tendrán derecho a votar por otra opción que crean más conveniente. No nos preocupa. Escuchamos los planteos, leemos las redes, y los incentivamos a que militen y presenten su lista. No es un problema para nosotros. Somos respetuosos de la democracia interna, y de la opinión de todos los afiliados que tiene el sindicato”.
Luego, definió que la unidad de agrupaciones fue sobre la base de consensos de un acuerdo programático sindical y político. Así, desde lo político, acordamos que si la educación es un derecho social y el garante es el Estado provincial y el Estado nacional se debe responsabilizar a través de la inversión educativa. “Planteamos –subrayó- una ley de financiamiento nacional, que contenga el 10% del PBI destinado a educación. Y a la Provincia le exigimos que garantice el funcionamiento en condiciones edilicias y condiciones laborales de las escuelas para todos los trabajadores de la educación”.
Dijo que se declaran en contra de toda ley que “declare a la educación como servicio esencial. Nos oponemos. La educación es un derecho esencial. Y es responsabilidad exclusiva del Estado nacional y del Estado provincial”. Además, planteó: “Nos oponemos a cualquier ajuste que castigue a los trabajadores. Pretendemos un sindicato que dispute salarios, y que el salario inicial sea igual al valor de la canasta básica de alimentos. Las políticas neoliberales y la pandemia han hecho que hayamos perdido frente a la inflación. Planteaos un sindicato fuerte que vuelva a instalar la necesidad de un salario inicial docente igual a la canasta básica de alimentos”.
Zampedri dijo que Agmer “ha sido siempre independiente de los partidos políticos y no somos funcionales al neoliberalismo”. Al respecto, subrayó: “Hemos confrontado con los gobiernos de (Gustavo) Bordet, y antes lo hicimos con (Sergio) Urribarri, con (Jorge Pedro) Busti y también con (Sergio Alberto) Montiel. No acompañamos a gobiernos de turno. Eso lo quieren hacer creer algunos sectores minoritarios de nuestro sindicato. Hemos mantenido la independencia de las patronales, con confrontaciones muy duras como las hubo durante la pandemia”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora