Todavía es una imagen detenida en el tiempo. Una postal desmejorada sobre lo que fue, alguna vez, un cine de barrio, enclavado justo en el lateral de una plaza. La Plaza Alberdi. Ahí está, todo igual por ahora: las veredas anchas y sobreelevadas de la plaza, con las tipas enormes y en la cuadra de enfrente, el Circulo Católico Obrero y a un lado, la fachada ancha, pintada en un fragmento de celeste gastado. Podría tener en el frente algunas capas telas de araña y estar aún más derruido. Durante décadas lleva esa máscara tan corriente: de edificio viejo que supo tener vital preponderancia, hasta que perdió sentido y, silenciosamente, se fue acercando a su demolición, para dar lugar a lo nuevo y que brote entonces un edificio. Otro edificio. La cuadra tiene por lo menos dos ejemplos altísimos. Pero no.
El lugar se ve igual, porque de hecho está protegido como fachada histórica por resolución municipal. Allí funcionó el Cine Círculo y posteriormente, como suele ocurrir, una dependencia del Estado: en este caso las aulas de la escuela técnica de Vialidad. En el segundo piso quedan algunos carteles pintados, por ejemplo, uno de los 90´ con el logo y la marca de Viva el río en Paraná.
Hace algunos meses el ex cine está en obra para recuperar su sentido original. En Andrés Pazos, entre Salta y La Rioja, volverá a haber salas de cine. Más precisamente tres salas y la idea es que no pase mucho más allá de fin de año para estrenar el espacio. Lo que se ve hoy es una nave central de grandes dimensiones, con ventanas tapialadas a los costados y el techo en reparación. El piso tiene las baldosas originales y en buen estado. En el fondo se ve una salida que da al patio compartido con el club. Lo que ya está hecho son los baños, el bar-boletería y la refacción de una escalera que trepa hasta el segundo piso, donde la edificación balconea hacia la plaza.
Dos salas de importante capacidad se instalarán en la nave central del nuevo cine y una más estará en el piso superior. Además, en el ingreso habrá un espacio de juegos para chicos, con la inclusión de un entrepiso que ya está dispuesto.
Las persianas de hierro romboide todavía están bajas y hay que pasar por la puerta minúscula del medio para echar una mirada, pero hacia el interior de esa imagen en apariencia estancada en el olvido y enredada en telas de araña, se está haciendo un cine. Tres salas de cine que se vienen a sumar al complejo del Rex propiedad de los mismos dueños. La obra está en marcha y el lugar ilusiona: la fachada, aún hoy mal pintada, tiene un encanto indisoluble y visto desde la plaza, desde las veredas anchas debajo de los árboles gigantes, más todavía. A ese paisaje, solo le puede faltar o caber una cosa: el cine que parece un cine de barrio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora